La Princesa Mette-Marit ha sido la gran ausente de las celebraciones por el Jubileo de Oro del Rey Carlos Gustavo de Suecia. La Casa Real noruega informó hace unos días de que sería baja por motivos de salud durante al menos dos semanas, si bien no se descarta que puedan ser más. Serán los médicos quienes decidan al vencimiento de cada plazo si la nuera del Rey Harald está apta para reincorporarse a la agenda oficial. Quien no varió su hoja de ruta fue su marido, Haakon de Noruega, que sí estuvo presente en la la gran cena de gala en el Palacio Real de Estocolmo.
La ausencia de la Princesa en Suecia rescata viejos temores acerca de su estado de salud. Este pasado mes de agosto se ausentó de una visita organizada al pequeño municipio de Træna, en la que su marido tampoco contó con la presencia de su esposa. No obstante, no se le dio mayor importancia pues reapareció en un evento deportivo pocos días después.
Mette-Marit ha atravesado durante los últimos cinco años una serie de baches de salud que le han impedido estar dedicada al cien por cien a la actividad real. El punto de inflexión fue en 2018, cuando anunció que sufría una fibrosis pulmonar. Lo que resulta curioso es que desde Palacio nunca se ha confirmado oficialmente esta dolencia, si bien la prensa local lo da por hecho.
Haakon y Mette-Marit de Noruega, en un acto oficial en OsloGTRES
Desde que se le diagnosticó esta enfermedad se centró en su recuperación, siguiendo a pies juntillas los consejos de los médicos. Una de las recomendaciones que sigue es no hacer viajes fuera de Noruega, salvo excepciones. El desplazamiento a Suecia iba a ser una de ellas, pero un empeoramiento de su estado le hizo quedarse en reposo.
La fibrosis que padece Mette-Marit se produce por la formación de cicatrices en los pulmones que dificultan la respiración. No tiene causa conocida ni tiene cura, por lo que la persona que la sufra se ve obligada a convivir con ella. No obstante, se puede controlar mediante fármacos, actividad física y terapia de oxígeno. En el caso de la Princesa, se reproduce en forma de síntomas como el cansancio, agotamiento y dolor eventual de músculos y articulaciones. Por ello, se tuvo especial vigilancia para con ella durante la etapa en la que la COVID tenía una incidencia elevada.
La preocupación en torno a la esposa de Haakon aumenta ya que se trata de una enfermedad que empeora con el tiempo. Pese que es de dominio público, es un asunto sobre el que ella ha evitado pronunciarse siempre.
Hablar de Mette-Marit es hacerlo de una de las princesas más rebeldes de las Casas Reales europeas. Su matrimonio está ya asentado desde hace tiempo y ambos llevan una vida equilibrada. Pero no siempre fue así. Su juventud fue complicada ya que sufrió abusos por parte de un padre alcohólico y una enorme ausencia de cariño. Antes del heredero al trono, se enamoró del traficante de cocaína Morten Borg mientras trabajaba como camarera. Unos antecedentes que le complicaron el ganarse la aceptación de toda Noruega.