La otra cirugía de Kate Middleton por «un bulto potencialmente grave»

Kate Middleton, la Princesa de Gales, ha sido siempre un modelo de serenidad y compostura, pero su vida no está exenta de momentos complejos que han quedado, de alguna forma, marcados en su cuerpo y su historia. Uno de esos momentos, que hasta hace poco permaneció en la sombra, es una cicatriz que Kate lleva en el lado izquierdo de su cabeza. Esta marca, de aproximadamente siete centímetros, no es algo que la princesa o el Palacio Real hayan ocultado, pero sí lo han tratado con una discreción que ha dado pie a todo tipo de especulaciones.

La historia detrás de la cicatriz se remonta a sus años en el Marlborough College, un internado de élite donde la esposa del Príncipe Guillermo comenzó a detectar un bulto extraño en su cabeza. El diagnóstico inicial no fue alentador: los médicos lo consideraron «potencialmente grave». La noticia de la operación fue recibida con gran preocupación, especialmente porque ocurrió poco después de que un compañero de la escuela muriera a causa de un tumor cerebral.

Fue un periodo tenso, y a pesar de que Kate se sometió a la intervención quirúrgica, las tensiones no desaparecieron por completo. Su madre, Carole Middleton, estaba visiblemente preocupada, y la situación provocó un auténtico revuelo en el entorno escolar. La cirugía, que ocurrió durante el periodo lectivo, no fue una operación menor. Se trataba de una malformación arteriovenosa, según informaron los medios británicos años después.

Esta anomalía vascular fue extirpada exitosamente, pero dejó una cicatriz importante que la Princesa de Gales nunca ha intentado disimular, aunque ha optado por ocultarla con su melena. De hecho, se mantuvo en la sombra hasta 2011, cuando, durante un evento benéfico en Clarence House, un ángulo de luz reveló por primera vez esta marca. Fue entonces cuando comenzaron los rumores, y Kate, en su habitual postura reservada, solo comentó que era una «cirugía de la infancia», sin profundizar en detalles.

A lo largo de los años, algunos cercanos a ella han compartido información sobre este episodio, como la periodista Katie Nicholls, quien explicó que la operación de Kate fue un proceso serio. La joven, en sus años de adolescencia, vivió una experiencia angustiosa, pero tras la cirugía, logró recuperarse rápidamente. Sin embargo, la cicatriz nunca desapareció, y con el tiempo se convirtió en un recordatorio sutil de esa etapa de su vida. Lo que sorprende de este episodio no es solo la operación en sí, sino la calma con la que la futura Reina consorte lo ha manejado. Ella nunca ha hecho un gran alarde de sus dificultades personales, ni siquiera cuando la situación de su salud se complicó nuevamente, esta vez por su lucha contra el cáncer.

A principios de este año, la Princesa de Gales, al igual que el Rey Carlos III, comenzó un tratamiento de quimioterapia. La enfermedad le dio un golpe devastador, pero Kate continuó con sus compromisos públicos, reduciendo sus apariciones y enfrentando los efectos del tratamiento con una gran dignidad. Tras superar los momentos más difíciles, la que fuera duquesa de Cambridge ha ido retomando poco a poco sus deberes reales. Uno de los eventos más recientes fue el viernes 6 de diciembre, aunque, a pesar de su recuperación, ha optado por cancelar uno de los actos más especiales de su agenda: el concierto benéfico anual que organiza junto a su familia, un evento clave para inaugurar la Navidad en el Reino Unido.