Un espontáneo se cuela en la boda de la hija de Antonio Banderas y cuenta los detalles

Stella del Carmen y Alex Gruszynski se han dado el «sí, quiero» este sábado en el hotel bodega Abadía Retuerta. Hasta este enclave mencionado se han trasladado invitados procedentes de diversas partes del globo, entre los que destacan algunas estrellas de Hollywood que forman parte del núcleo duro de los protagonistas. De igual forma, también figuraban en la lista miembros de ambas familias como las actrices Dakota Johnson y Melanie Griffith —hermana y madre de la novia—.

El hecho de que el enlace se celebrara en España, tierra natal de Stella del Carmen, ha sido una decisión muy emocionante para el progenitor de la joven y ha causado gran expectación en nuestro país. Por tanto, y como no podía ser de otra manera, hasta las puertas de la finca se han trasladado numerosos medios de comunicación. A los reporteros y periodistas de guardia se les han unido también fans y seguidores de la pareja, de Melanie y de Antonio Banderas, que no han querido perderse esta histórica cita que promete ser una de las más comentadas del año a nivel internacional. Entre los congregados se encontraba un espontáneo, acompañado de su mujer, que se ha colado en el recinto para sorpresa de todos.

Tal y como ha trascendido, el hombre —procedente de Segovia y fan confeso del malagueño— se ha introducido sin miramientos en el perímetro de la abadía con el fin de entregar una carta a la familia Banderas-Griffith. En un primer momento, no fue detenido por ninguno de los trabajadores de seguridad americana que acordonaban el enclave. Posteriormente y tras acercarse más al lugar donde se estaba llevando a cabo la celebración, fue interceptado e instado a abandonar la zona. A la salida, él mismo ha hablado con los medios presentes, revelando cómo ha sido la experiencia que ha protagonizado y confesando a los reporteros, aparentemente triste, que no había podido ver a Antonio Banderas porque «no le han dejado pasar por seguridad».

En el video captado por las cámaras de la agencia Gtres se puede ver al hombre saliendo por un camino empolvado de la bodega situada en Valladolid con semblante muy tranquilo. Su rostro muestra la decepción por no haber podido solventar con éxito su misión, que era dar en mano la misiva a su ídolo del séptimo arte. Un reto que ha sido truncado por los agentes de vigilancia americanos que, para justificar la prohibición, han alegado que se trataba de un tema de «protección de datos», tal y como ha deslizado el segoviano. Por este hecho, el hombre se ha convertido en protagonista absoluto de esta jornada en la que lo que está sucediendo en el interior del monasterio está siendo toda una incógnita. Los novios han tratado de mantener su gran día alejado de los focos y en la más estricta intimidad y, por el momento, están logrando, ya que no se han filtrado detalles del vestido de la novia, el secreto mejor guardado de cualquier enlace, ni tampoco del de su madre, ni del de su hermana, dos de las figuras más aclamadas de la cita.