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19 de abril de 2024

El presidente Maura con el resto de los miembros del Gobierno en 1921

El presidente Maura, con el resto de los miembros del Gobierno, en 1921María Serrano

Hace 100 años en El Debate

27 de diciembre de 1921: cuando se reflexionó sobre las consecuencias negativas del juego como adicción

A finales de 1921 proliferaron en España multitud de lugares de juego, donde los varones acudían a apostar, desarrollando adicciones y perdiendo importantes sumas de dinero. El juego se convirtió entonces en un problema social. «La impunidad de que goza el juego, la publicidad con que se juega, y se hace alarde de los vicios anejos al juego en las grandes ciudades españolas, pasan los límites de la más desbordada decencia», reza El Debate del 27 de diciembre de 1921.
El juego no se asocia únicamente a las clases bajas, sino que se destaca su popularidad en todas las clases sociales, también (y especialmente) en las aristocráticas. Según el artículo, las autoridades o bien hacen la vista gorda o bien aprueban directamente el juego, especialmente en los casinos, donde llega a producirse el caso de que el «enchufe de un partido político» le permita licencia de juego a cambio de una importante suma de dinero.
Las Cortes llegaban incluso a mandar agentes de seguridad no para impedir los delitos, sino para asegurar el tranquilo desarrollo del juego. A la vez que se producían desfalcos, suicidios de jugadores y otros problemas derivados de la adicción, el periódico se pregunta si no es el Gobierno corresponsable de la deriva de la situación. 
«El juego, que corrompe en la actualidad nuestras grandes urbes, que se desborda en libertinaje, que escandaliza y subleva, es vicio de adinerados, de relativamente adinerados siquiera... Más aún: del estado social contra la ley que lamentamos, todos somos culpables, en grado mayor o menor», continúa el artículo, que insta al Gobierno a instaurar medidas para ponerle fin. Se pide una operación policial llevada a cabo por el Ministerio de la Gobernación y que el presidente Maura establezca un reglamento del juego. 
También se pide la colaboración de los ciudadanos. «Aunque el actual Gabinete cerrara todas las casas de juego, la reforma sería pasajera, no durando la clausura sino lo que el señor Maura permaneciese en el Poder. El ideal, desde luego,  sería prohibirlo en absoluto, sin dejar portillo a tergiversaciones», finaliza el artículo.
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