Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro, duque de Almodóvar
Picotazos de historia
Si enfada a un poeta, aténgase a las consecuencias
Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro reestructuró el Ministerio de Estado cuando Sagasta le concedió la cartera, y el despido de un poeta le valió más de una sátira en su honor
Don Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro fue un político del siglo XIX de brillante carrera, mas de corta estatura. Casado con la duquesa de Almodóvar del Río e hijo del fundador de las bodegas Sánchez Romate, representó como diputado a la provincia de Córdoba y luego a Cádiz en diferentes legislaturas.
En mayo de 1898 el presidente Sagasta le llamó a ocupar la cartera del Ministerio de Estado para llevar a cabo las negociaciones de paz que culminarían con la firma del Tratado de París, lo que supuso la liquidación de los restos del antiguo imperio de ultramar. También llevó a cabo una reestructuración del ministerio, jubilando personal, suprimiendo puestos y creando otros. Algo muy menor dentro de las circunstancias políticas, sociales y económicas que atravesaba la nación, pero que es el motivo de este picotazo: jubiló al jefe de sección del Archivo y Biblioteca. Resulta que este era Don Manuel del Palacio y Simó, académico de la Lengua, periodista, diplomático, escritor... y poeta satírico. Y se la juró y se la cobró, pues poco tiempo después todo Madrid reía con unos versos que circulaban de mano en mano y la gente recitaba entre carcajadas.
La llaman grande y es chico,
fue ministro... porque sí,
y en cuatro meses y pico
perdió a Cuba, a Puerto Rico,
a las Filipinas y... a mí.
fue ministro... porque sí,
y en cuatro meses y pico
perdió a Cuba, a Puerto Rico,
a las Filipinas y... a mí.
Moraleja: nunca, jamás, enfaden a nadie que manipule lo que van a comer o a beber, o a un poeta con mala baba. Y desengáñense: si es buen poeta, tendrá el colmillo retorcido.
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