Palacio de Correos de Valladolid
Hace 100 años en El Debate
8 de agosto de 1922: comienza la huelga de Correos
Además de mejoras económicas, sociales y de trabajo, se reivindicaba que los carteros urbanos se convirtieran en funcionarios públicos y la creación del Ministerio de Comunicaciones
«El conflicto postal va empeorándose por momentos. La huelga de brazos caídos reina en Madrid desde el domingo (6 de agosto de 1922) con unanimidad perfecta, y desde hoy imperará en España», anunciaba El Debate. Si bien la huelga que se produjo en este año no fue la primera –más bien la tercera–, fue la que tuvo más trascendencia filatélica por la actividad de las Cámaras de Comercio, Industria, navegación, etc., que se dispusieron a aminorar los efectos que podía tener en la vida social y económica del país.
El personal a pesar de continuar en sus puestos, habían interrumpido los servicios. Solo circulaba la prensa y la correspondencia para el Ejército de África; sin embargo, el resto de correspondencia seguía amontonándose, pues no se estaba ni distribuyendo ni despachando.
Además de mejoras económicas, sociales y de trabajo, se reivindicaba que los carteros urbanos se convirtieran en funcionarios públicos y la creación del Ministerio de Comunicaciones que englobaran tanto los servicios de Correros como el de Telégrafos. Lo curioso de esta huelga era que no respondían a un enfrentamiento entre «obreros-explotados» frente a los «burgueses-explotadores», sino que fue la primera huelga que podría denominarse como proletarización del funcionario.
Las Cámaras de Comercio, Industria y Navegación, conscientes de la gravedad del asunto, se constituyeron en sesiones permanentes, se coordinaron a nivel estatal y solicitaron a las Diputaciones autorización para montar un servicio que pudiera aminorar las consecuencias que para la economía representaba esta huelga.
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