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23 de abril de 2024

Una huella de mano tallada descubierta en un antiguo muro de foso alrededor de la Ciudad Vieja de Jerusalén

Una huella de mano tallada descubierta en un antiguo muro de foso alrededor de la Ciudad Vieja de JerusalénAutoridad de Antigüedades de Israel

Hallan una misteriosa huella de mano en un foso de 1.000 años de antigüedad en Jerusalén

La función del foso era la de «impedir que el enemigo que asediaba Jerusalén se acercara a las murallas e irrumpiera en la ciudad», ha explicado la Autoridad de Antigüedades de Israel

Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) han hallado una misteriosa huella de mano tallada en un foso seco de 1.000 años de antigüedad que rodeaba la Ciudad Vieja de Jerusalén. El foso excavado en roca que probablemente date del siglo X fue hallado durante unas excavaciones realizadas en el marco de un proyecto de infraestructura en la calle Sultán Solimán, junto a las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Zubair Adawi, director de excavaciones de la AAI, explicó que la función del foso era la de «impedir que el enemigo que asediaba Jerusalén se acercara a las murallas e irrumpiera en la ciudad».
A diferencia de los fosos que rodeaban muchos castillos europeos, el de Jerusalén estaba seco, pero su profundidad y anchura habrían frenado el avance de un ejército. Ese fue el caso del ejército cruzado que llegó en junio de 1099 y tardó cinco semanas en atravesar el foso lo que permitió a judíos y musulmanes a defenderse, señaló Amit Re'em, director regional de Jerusalén en la AAI.
Excavaciones en la calle Sultán Suleiman de Jerusalén

Excavaciones en la calle Sultán Suleiman de JerusalénAutoridad de Antigüedades de Israel

«En la época de las batallas entre caballeros, las espadas, las flechas y las cargas de caballería, las fortificaciones de Jerusalén eran formidables y complejas, con murallas y elementos para contener a los grandes ejércitos que invadían la ciudad. Los ejércitos que intentaban capturar la ciudad en la Edad Media tenían que atravesar el profundo foso y detrás de él dos gruesos muros adicionales, mientras los defensores de la ciudad en las murallas hacían llover fuego y azufre sobre ellos», explicó Re’em.
Los expertos indican que el foso también contaba con túneles secretos –descubiertos en excavaciones anteriores– que permitía a los defensores salir sin ser percibidos para atacar al ejército invasor y posteriormente volver a esconderse tras las fortificaciones. «Muchos soñaron y lucharon por Jerusalén, y las fortificaciones de la ciudad son un testimonio silencioso», indicó Eli Escuzido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Y asegura que estos hallazgos arqueológicos permitirán «visualizar los dramáticos acontecimientos y las convulsiones que sufrió la ciudad».
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