El Debate informaba sobre la manifestación organizada por «las damas españolas» en la Academia de Jurisprudencia para «solicitar clemencia en favor del metropolitano católico de Moscú y 17 sacerdotes católicos, condenados aquel a muerte y estos a prisión por el tribunal bolchevista».
La señora marquesa de Unzá del Valle, quien presidió el acto, expuso en breves palabras el objetivo de la reunión: «Una acusación formidable contra los excesos de los gobernantes rusos», relata el periódico. La marquesa pedía «clemencia por los infortunados sacerdotes polacos, cuyo heroísmo de mártires mantenía la fe y espíritu de Polonia en medio de las olas revueltas del caos ruso».
A dicha manifestación estuvo el abogado Bofarull que habló en nombre de la prensa católica y de la Asociación de propagandistas. Este comenzó leyendo lo siguiente: «El exterminio de toda religión es objeto de la persecución rusa, y contra esto protestan todos los pueblos civilizados. La voz de España debía sonar en favor de la humanidad y de la justicia».
Por otro lado, desde Polonia, el presidente del consejo de ministros había protestado ante el ministro de Rusia contra la condena que de que habían sido objeto el arzobispo de Petrogrado y varios sacerdotes por parte de los tribunales soviéticos. Y haciendo constar que «Polonia consideraba esta condena como desprovista en absoluto de toda idea de justicia».