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Vista aérea de la localidad de Pompeya (Italia)

Vista aérea de la localidad de Pompeya (Italia)Área Arqueológica de Pompeya / EFE

Marcha atrás en el debate sobre la fecha de la erupción del Vesubio: «No se puede descartar el 24 de agosto»

Un nuevo estudio pone en duda que el desastre se registrase el 24 de octubre de 79 d.C., como había revelado una inscripción

Un equipo de científicos del área arqueológica de Pompeya, la ciudad que quedó sepultada por el Vesubio en el año 79 d.C., reabre el debate sobre la fecha exacta de la erupción y concluye en un nuevo estudio publicado la semana pasada en que «no hay elementos suficientes para descartar el 24 de agosto», a pesar de la inscripción encontrada en el yacimiento que sugería que la catástrofe habría ocurrido en el mes de octubre.

En 2018, una investigación dirigida por científicos italianos y publicada en la revista Earth-Science Reviews, había confirmado científicamente que la inscripción a carboncillo descubierta en las paredes de una de las casas de Pompeya apuntaba a la fecha del 24 de octubre. Hasta entonces se sabía que la erupción fue el 24 de agosto del año 79 d.C. basándose en una carta de Plinio el Joven enviada a Tácito, la fuente más importante para estudiar este suceso.

Sin embargo, los autores de este nuevo estudio dan marcha atrás y presentan los resultados de un proyecto de arqueología experimental sobre la durabilidad de las inscripciones al carbón, que podrían indicar la fecha de finales de agosto.

Por otro lado, han actualizado el estudio de fuentes literarias y arqueobotánicas, como la presencia de melocotones pero también castañas, más propias del otoño, y concluyen que en la actualidad no hay elementos suficientes para descartar la fecha del 24 de agosto.

Inscripciones recientes en carbón realizadas para el proyecto de arqueología experimental Pompeya (Italia)

Inscripciones recientes en carbón realizadas para el proyecto de arqueología experimental Pompeya (Italia)EFE

Además, plantean algunas cuestiones sobre los cambios climáticos y las diversidades geográficas que caracterizaban los cultivos y las prácticas agrícolas en el mundo antiguo y que probarían también esa fecha. «En la actualidad no podemos excluir que la erupción se produjera el 24 de agosto, como afirma Plinio, y tenemos que preguntarnos qué podría significar», dijo el director del área arqueológica de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel, que figura entre los autores del estudio.

«Quizá hayamos subestimado la tradición literaria, que en realidad no es tan confusa como a menudo se ha creído, al igual que la estabilidad del clima y de los ciclos agrícolas: en realidad, el clima también cambió en el pasado, aunque a un ritmo más lento», añade.

En su opinión, «Pompeya ofrece una oportunidad única para estudiar un ecosistema fuertemente influenciado por la presencia humana incluso hace 2000 años. La biodiversidad y variedad de prácticas, cultivos y tradiciones locales va mucho más allá de la imagen necesariamente esquemática que ofrecen los autores antiguos que se han ocupado de la agricultura».

«Sin embargo, el nuestro no pretende ser un punto final, sino una contribución para continuar el debate y abrir nuevas perspectivas», concluye.

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