
Fragmento de un relieve que representa al rey asirio Assurbanipal se encontró en el Palacio Norte de Nínive
Hallan en la antigua ciudad de Nínive un impresionante relieve del rey asirio Assurbanipal
El relieve muestra la figura del monarca acompañada por dos deidades supremas del panteón asirio: el dios Assur y la diosa Ishtar, protectora de Nínive
Nínive fue una de las cuatro capitales de uno de los imperios más importantes de la antigüedad: el Imperio asirio. En 2018, el profesor Stefan Maul, del departamento de Lenguas y Culturas del Cercano Oriente de la Universidad de Heidelberg implementó el proyecto Heidelberg Nínive y desde 2022, un equipo de investigadores de la misma universidad lleva excavando el yacimiento del túmulo de Kuyunjik, situado en el sector central del Palacio Norte, construido por el rey Assurbanipal.
Ya en el siglo XIX otro equipo de arqueólogos desenterró enormes y magníficos relieves que ahora se exponen en el Museo Británico de Londres. Ahora, Aaron Scmitt y su equipo han descubierto un nuevo relieve en el que la figura central es el propio rey Assurbanipal, considerado por muchos especialistas como el último gran rey del Imperio asirio. Bajo su reinado se amplió la famosa biblioteca de Nínive, donde se recogió toda la literatura disponible en la época y se custodiaron miles de tablillas cuneiformes.
El relieve recién descubierto muestra la figura del monarca acompañada por dos deidades supremas del panteón asirio: el dios Assur y la diosa Ishtar, protectora de Nínive. Junto a ellos aparece un genio-pez, que concede tanto a los dioses como al soberano la salvación y la vida. Por otro lado, también se ha identificado una figura con los brazos levantados que los investigadores han interpretado como un hombre-escorpión.
«Estas figuras sugieren que un enorme disco solar alado estaba originalmente montado sobre el relieve. En los próximos meses, basándonos en los datos recopilados 'in situ' analizaremos en detalle la representación y el contexto del hallazgo y publicaremos los resultados», ha explicado Schmitt.
Según explica el arqueólogo, el relieve tuvo que estar situado originalmente en un nicho frente a la entrada principal de la sala del trono, es decir, el lugar más importante del palacio. Pero el equipo de la Universidad de Heidelberg descubrió los fragmentos del relieve en un hoyo lleno de tierra detrás de este nicho.
«Es posible que dichos fragmentos fueran enterrados durante el período helenístico, entre los siglos III o II a.C. El hecho de que estos fragmentos estuvieran enterrados de este modo es, sin duda, una de las razones por las que los arqueólogos británicos no los encontraron hace más de cien años», finaliza Schmitt.