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Muros de una villa de PompeyaGTRES

Arqueólogos encuentran en Pompeya una pista clave para desvelar el mayor secreto de la ingeniería romana

Los investigadores han tratado durante años de descubrir la razón de la durabilidad del hormigón romano. Ahora podría haberse descubierto la explicación

Pompeya ha vuelto a arrojar luz sobre las avanzadas técnicas constructivas del Imperio romano, en esta ocasión a través de un descubrimiento que ha permitido verificar cómo se elaboraba uno de los materiales más revolucionarios de la Antigüedad: el hormigón.

Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), encabezado por Admir Masic, ha publicado en Nature Communications un estudio que aporta nuevas pruebas sobre el uso de una técnica denominada «mezcla en caliente», clave en la longevidad del hormigón romano.

La investigación se ha centrado en una obra de construcción que quedó interrumpida por la erupción del Vesubio en el año 79, lo que convirtió ese lugar en una auténtica cápsula del tiempo.

En ella, los científicos hallaron muros sin concluir, herramientas abandonadas, materiales listos para su uso y restos de reparaciones previas, lo que permitió reconstruir con gran precisión el proceso de fabricación del hormigón romano.

A diferencia del hormigón moderno, el romano se elaboraba con cal viva —piedra caliza previamente calcinada— mezclada directamente con agua, rocas volcánicas y cenizas. Esta reacción química no solo generaba calor, sino que confería al material una notable capacidad de autorreparación.

Cuando se producían grietas en la estructura, los clastos —fragmentos de cal que quedaban en la mezcla— se reactivaban, disolviéndose de nuevo y rellenando automáticamente las fisuras.

Los autores encontraron evidencias claras de este método: restos de cal viva mezclados con otros materiales en estado seco, clastos incrustados en el mortero y una composición química y microestructura del material coherente con el proceso de mezcla en caliente.

Todo ello refuerza la teoría expuesta por Masic en un estudio anterior de 2023, que ya apuntaba a esta técnica como el secreto de la durabilidad de las construcciones romanas.

Este hallazgo adquiere especial relevancia porque gran parte del conocimiento que se posee sobre la arquitectura romana procede de fuentes escritas, como los tratados de Vitruvio.

Sin embargo, sus descripciones parecían, a primera vista, contradecir la hipótesis de la mezcla en caliente. Masic sugiere ahora que esos textos pudieron haber sido malinterpretados, ya que el propio arquitecto mencionaba el calor latente durante la preparación del cemento, una posible alusión a esta misma técnica.

El estudio pone de manifiesto no solo el ingenio técnico del mundo romano, sino también su potencial legado para el presente.

Según los investigadores, la comprensión detallada del hormigón antiguo podría aplicarse en la actualidad para el desarrollo de materiales más sostenibles, resistentes y duraderos, en un momento en que la industria de la construcción busca soluciones con menor impacto ambiental.

«Tuvimos la suerte de poder abrir esta cápsula del tiempo de una obra en construcción y encontrar montones de material listo para ser utilizado en la construcción del muro», ha declarado Masic, destacando el carácter excepcional del yacimiento, que ofrece la prueba más concluyente hasta la fecha del uso de la mezcla en caliente en el hormigón romano

Así, Pompeya vuelve a demostrar su valor como testigo privilegiado del pasado, desvelando una técnica ancestral que no solo explica la resistencia de acueductos, puentes y edificios aún en pie tras dos milenios, sino que también ofrece lecciones valiosas para la arquitectura del futuro.