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19 de abril de 2024

Combatiente ucraniano Donbás

Un combatiente ucraniano lucha en el frente del DonbásAFP

94 días de guerra

El anarquismo resurge en Ucrania dispuesto a enfrentarse a Putin

El pequeño movimiento anarquista ucraniano se moviliza para mandar voluntarios a luchar contra Rusia

Son pocos, pero en Ucrania cuentan con la simpatía de la población. Los anarquistas ucranianos se han movilizado ante la invasión rusa a su país y han enviado un pequeño batallón de 100 voluntarios a luchar con su Ejército en el Donbás.
En declaraciones a The Guardian, el activista anarquista ucraniano identificado con el nombre de Dmytro, explica que, aunque el movimiento anarquista se opone al gobierno de Volodimir Zelenski, que ven como conservador y nacionalista, no han dudado en sumarse a la lucha contra Rusia.
«Estamos luchando para proteger a la sociedad más o menos libre que existe en Ucrania, sin la que no habría espacio para el activismo o los movimientos clandestinos», afirmó a la enviada especial del periódico británico, Isobel Koshiw.
Argumentó que «el terror que nos ha traído Putin es indiscriminado. Se arroja contra toda la población, pero la sufre de forma especial la población de habla rusa, que es, supuestamente, a la que Putin vino a liberar».
El régimen de Putin, continuó, «es una dictadura ultraconservadora de derechas que reprime a los anarquistas en Rusia, a la prensa libre, a los movimientos LGTB. Reprime incluso las iniciativas más inocentes, como a los activistas por los derechos de los animales».
«Vemos la guerra entre Ucrania y Rusia como un conflicto entre un Estado más o menos democrático (Ucrania) y uno totalitario (Rusia)», señaló.
Los anarquistas ucranianos han establecido su cuartel general en un bar subterráneo del centro de Kiev.
No hay ningún letrero que identifique el local. Todo en este lugar se mueve en la esfera de lo clandestino.
Desde aquí se organizan los envíos de suministros al batallón de 100 anarquistas, al que en los últimos días se han sumado en el frente otros 20 voluntarios extranjeros. «Son gente que entiende para qué luchamos, no queremos gente que venga a matar», explica Dmytro al Guardian.
El anarquismo ucraniano comparte con el resto de la sociedad su rechazo al periodo soviético y al comunismo ruso.
Su líder histórico, el anarquista Néstor Makhno, se destacó en la lucha contra la dominación soviética y cuenta con varias estatuas a lo largo del país.
Sin embargo, el arraigo social del anarquismo es casi anecdótico en Ucrania, lo que contribuye a ver a sus miembros bajo un aura mítica.
La visión del anarquismo en Ucrania, por lo tanto, difiere mucho de su imagen en las democracias liberales del Occidente europeo.
En un país donde todos los movimientos de izquierda se identifican automáticamente con la denostada Unión Soviética, los anarquistas se han separado de toda identidad izquierdista.
Detestan el nacionalismo, pero no son «de izquierdas» y se definen como «demócratas» antes que con cualquier otra etiqueta.
El movimiento anarquista conoció su época de esplendor entre los años 1917 y 1921. Sus orígenes se encuentran en la caída del zarismo.
Sin embargo, su auge fue atajado por la dominación soviética y la imposición del comunismo. Su fuerza se construyó sobre el respaldo del campesinado ucraniano, cuyos derechos se vieron mermados por las imposiciones del régimen comunista.
Néstor Makhno se alzó en ese contexto como líder campesino al grito de «Muerte a quienes se interpongan en el camino del pueblo trabajador libre» y «El poder engendra parásitos. ¡Larga vida a la anarquía!».
El movimiento tuvo un fuerte arraigo en el sur y este de Ucrania, precisamente en las regiones ahora ocupadas por el Ejército ruso.
Makhano, pese a su respaldo popular, terminó derrotado por el Ejército bolchevique y, aunque logró escapar, murió en el exilio.
Su centro de operaciones se encontraba en la localidad de Huliaipol, en el òblast de Zaporiyia, ahora controlada por Rusia.
La figura de Makhano sigue muy presente en el imaginario de los anarquistas ucranianos, pero saben que estos ya nos son los tiempos de la lucha contra los bolcheviques. Si el pequeño movimiento anarquista quiere sobrevivir, tiene que hacer frente común con el oficialismo.
Otro voluntario entrevistado por The Guardian, con el nombre de Movchan, critica que «Putin se ha apropiado de la palabra antifascista y la explota para justificar su guerra. Los nacionalistas ucranianos dicen que, si eres antifascista, eres prorruso, pero no es verdad».
Además, rechaza el argumento del Kremlin para justificar la guerra de que el Gobierno ucraniano está controlado por nazis y afirma que lo que gobierna en Kiev desde 2014 es un nacionalismo moderado, que los anarquistas rechazan.
En cualquier caso, niega que los problemas internos de Ucrania sean competencia de Moscú, y menos aún que puedan justificar una invasión: «La causa de la guerra es la Federación Rusa».
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