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25 de abril de 2024

Mario Fiorentini

Mario Fiorentini en la fotografía proporcionada por su familia para la capilla ardienteANPI

Muere en Roma Mario Fiorentini, el último gran partisano italiano

Fiorentini destacó por su lucha contra el nazismo alemán y por la libertad de Roma e Italia durante la Segunda Guerra Mundial

En un edificio de la Via Rasella de Roma, a pocos metros de la Piazza Barberini, la fachada conserva a modo de memorial las heridas causadas por la metralla del atentado obra de partisanos italianos contra un regimiento alemán durante la ocupación nazi en 1944.
En el ataque murieron 33 soldados alemanes y dos civiles italianos. Los nazis encajaron el golpe como buenamente pudieron y, como venganza, Hitler ordenó ejecutar a 335 civiles.
El responsable de aquel atentado partisano, Mario Fiorentini, acaba de fallecer en su Roma natal a los 103 años. Sus nombres de guerra, Dino, Gandi y Fringuello, todavía resuenan en la capital italiana como símbolo de la lucha por la democracia y la libertad.
En la capilla ardiente, instalada este miércoles en el Palazzo del Campidoglio, sede del ayuntamiento de Roma, en la colina capitolina, tal vez el lugar más simbólico de la ciudad, se recibió el ataúd entre banderas italianas, puños en alto y un gran silencio.
El alcalde, Roberto Gualtieri, declaró que «nos deja un gran ejemplo de valentía y humanidad. Hoy honramos a una persona extraordinaria. Un gran italiano, un gran patriota, un gran demócrata».
La Asociación Nacional de Partisanos señaló, por medio de su presidente, que «su fuerza y su recuerdo no morirán nunca».
Sin embargo, la mejor definición de Mario Fiorentini la ofreció su hijo: «Se ha ido el último gran partisano de Italia».
Tras la Segunda Guerra Mundial este matemático de profesión, hijo de padre judío y madre católica, se convirtió en un símbolo de la resistencia italiana contra el nazismo y el fascismo.
Sus acciones de guerra le valieron tres medallas de plata al valor militar y tres cruces al mérito en la guerra, lo que lo convierten en el partisano italiano con mayor número de condecoraciones.
El Estado Italiano, además, lo ha reconocido como soldado del Estado en la guerra contra los fascistas y los nazis, lo que le evitó la sentencia de los tribunales militares británicos e italianos que trataron de juzgarlo por sus acciones que consideraban contrarias a la Convención de La Haya.
Mario Fiorentini nació en la capital italiana en 1918. Tras escapar de la represión nazi, entró como comandante en el Grupo de Acción Patriótica «Antonio Gramsci». Tenía 30 años.
Entre 1943 y 1944, años en que Roma se encontraba ocupada por las tropas nazis, luchó contra las tropas de Hitler junto con su futura esposa, Lucia Ottobrini, y derrotó a tres batallones alemanes en las calles de la capital italiana.
Su figura adquirió tintes épicos entre los partisanos italianos tras escapar en cuatro ocasiones de las cárceles alemanas en Roma.
Una de sus acciones más audaces se produjo en 1943. En una prisión del centro histórico de Roma se encontraban prisioneros dos importantes figuras de la resistencia italiana: los futuros presidentes Giuseppe Saragat y Sandro Pertini.
Fiorentini quería transmitirles un mensaje de apoyo y la mejor forma que se le ocurrió fue lanzando una granada contra un vehículo militar cerca de la cárcel. Fiorentini se acercó en bicicleta a su objetivo, lanzó la bomba y escapó como llegó sin que las balas alemanas le tocaran. Ese día nació un mito.
Tras la guerra, el Partido Comunista y otros partidos de izquierda le ofrecieron un cargo político que él rechazó. Completó sus estudios en Matemáticas, se especializó en Álgebra y Geometría y entró en la Universidad de Ferrara como profesor.
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