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29 de marzo de 2024

Berlín (Alemania), 17/03/2023.- Soldados de la guardia de honor llegan para la ceremonia de nombramiento del nuevo Inspector General del Ejército alemán Carsten Breuer en el Ministerio de Defensa en Berlín, Alemania, este viernes. EFE/FilipSinger

Soldados de la guardia de honor llegan para la ceremonia de nombramiento del nuevo Inspector General del Ejército alemánEFE

Alemania

El Ejército alemán sigue estancado un año después del espectacular aumento del gasto

Las capacidades operativas y logísticas de la Bundeswehr permanecen mermadas, mientas tarda en llegar el nuevo equipamiento

A las afueras de Idar-Oberstein, localidad cercana a Coblenza, se encuentra el cuartel de Klötzberg, sede del Batallón de Artillería Nº 345, destinado a tareas de instrucción, incluidos soldados de otros países.
Cuarenta años después del inicio de las reformas de la mejora de las instalaciones, los muros de contención sobre los que amenaza derrumbe siguen protegidos con sacos de arena. Se prevé que las obras de las tuberías que canalizan las aguas residuales, comenzadas en 2015, estén terminadas antes de 2027. Se prevé, pero no se garantiza.
El penoso estado del cuartel de Klötzberg no es un caso aislado, sino más bien significativo de las penurias logísticas y operativas que acechan a la Bundeswehr, el Ejército de la República Federal de Alemania, oficialmente el tercero de Europa tras el británico y el francés.
Alemania es, precisamente, el primer país que demostró, al menos de palabra, estar a la altura de las circunstancias nada más producirse la invasión rusa de Ucrania: cuatro días después, el canciller socialdemócrata Olaf Scholz, que llevaba apenas dos meses en el cargo, pronunció ante el Bundestag un histórico discurso en el que anunció un aumento espectacular del gasto militar, cifrado en 100.000 millones de euros, a través de un fondo específico.
El paso significó mucho más que una mera adaptación a un nuevo escenario, y también mucho más que el final de los tres lustros de la austeridad presupuestaria decidida por Angela Merkel y aplicada, en el plano militar, y con más pena que gloria, por Úrsula von der Leyen, a la sazón ministra de Defensa.
El giro de Scholz era, ante todo, la sacudida final por parte de Alemania de sus complejos históricos: se acababa definitivamente el concepto de unas fuerzas armadas estrictamente defensivas.
Un año después del señero momento, sin embargo, la capacidad de la Bundeswehr sigue, en el mejor, de los casos, estancada, a imagen y semejanza del cuartel de Klötzberg. Desde el ministerio de Defensa se asegura que ya se ha gastado en pedidos de armamento alrededor del 30% de la cantidad proclamada por Scholz. Por su parte, el nuevo titular de la Cartera, Oscar Pistorius acaba de reclama

Ningún céntimo se ha gastado en beneficio de las tropasEva Högl, comisariada del Bundestag para Defensa

«La Bundeswehr tiene muy poco de todo. Y ha tenido aún menos desde el 24 de febrero de 2022», replica en su informe anual –presentado el martes pasado– la comisariada del Bundestag para Defensa, Eva Högl, compañera de partido del canciller federal. «Ningún céntimo se ha gastado en beneficio de las tropas», puntualiza.
Ni tampoco del equipamiento: la entrega de los primeros aviones de combate F-35 –serán ocho– no acaecerá antes de 2027. Además, permanecerán en Estados Unidos hasta que se complete la formación de los pilotos. Los restantes 27 aparatos no estarán en poder de los alemanes hasta varios años después.

Los reclutas

La otra gran vertiente de las carencias de la Bundeswehr es la del reclutamiento. A raíz del discurso de Scholz, se produjo aumento del 12 % en las nuevas incorporaciones. Mas la esperanzadora ola se ha visto atenuada por una tasa de abandono, que llega a superar el 20 % en algunas unidades y que suele ocurrir a los seis meses.
A todas estas dificultades hacía veladamente referencia el anterior inspector general de la Bundeswehr, el general Eberhard Zorn, en las declaraciones públicas que la han costado el cargo.
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