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El presidente francés, Emmanuel Macron y el rey Carlos III en París

El presidente francés, Emmanuel Macron y el rey Carlos III en ParísLudovic Marin / AFP

Carlos III concluye su visita a Francia con un discurso en favor del medio ambiente

En la Cámara Alta, el monarca propuso a Francia una nueva «entente cordiale» entre ambos países para luchar contra «la amenaza» del cambio climático

El rey Carlos III de Inglaterra y su esposa Camila se despidieron el viernes de Francia con una visita a unas bodegas biológicas en Burdeos en un nuevo gesto de ambos en favor del medio ambiente y la biodiversidad.

En la tercera y última jornada de su visita de Estado, los monarcas acudieron a la bodega Smith Haut Lafitte, situada en Martillac -a unos 20 kilómetros de Burdeos-.

Allí se producen vinos tintos y blancos con denominación de origen en una viña de 87 hectáreas sin pesticidas y respetuosa con el medio ambiente, ya que protege a los bosques vecinos, formados por especies originales de la zona.

Amante del vino y de la cultura francesa, Carlos III escogió estos viñedos y Burdeos, donde hay una gran comunidad británica, para mostrar que hay ejemplos a seguir en la lucha contra el cambio climático.

En ese sentido, el monarca británico se desplazó antes al bosque experimental de Floirac (afueras de Burdeos), un parque que dispone de dispositivos de medición para saber cómo evolucionan especies como fresnos o castaños -importantes para la captación de carbono- dentro de un contexto urbano.

El presidente de Francia Emmanuel Macron y el rey Carlos III durante su visita al jardín tropical de París

El presidente de Francia Emmanuel Macron y el rey Carlos III durante su visita al Museo Nacional de Historia de ParísLudovic Marin / AFP

En la ciudad de Burdeos, Carlos III y Camila fueron recibidos a primera hora de la tarde en el Ayuntamiento por el alcalde, el ecologista Pierre Hurmic, y después visitaron la fragata HMS Iron Duke, de la Marina británica, que estaba atracada en el río Garona.

También estuvieron en emblemática plaza de la Bolsa; y tuvieron tiempo incluso de tomar el tranvía, como hacen cada día miles de vecinos de Burdeos.

Durante sus dos primeros días de visita a Francia -la primera que hace como rey desde que fue proclamado entronizado hace un año tras la muerte de su madre, la reina Isabel II-, Carlos III y su esposa habían sido recibidos en París con todos los honores por el presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera dama, Brigitte.

Una visita a Notre Dame, cuya restauración por el incendio de 2019 está ya muy avanzada, a un taller de costura en la ciudad de Saint-Denis -donde el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, ofreció a Carlos III una camiseta del club- y una intervención en el Senado francés conformaron parte del programa del jueves.

Precisamente en la Cámara Alta, el soberano propuso a Francia una nueva «entente cordiale» (el nombre de la alianza francobritánica de 1904) entre ambos países para luchar contra el cambio climático, «esa amenaza que está destruyendo el planeta».

«Renovémosla para las generaciones futuras, para que se convierta en una 'entente' por la sostenibilidad, para responder de forma eficaz a la urgencia mundial en materia de clima y biodiversidad», urgió el monarca.

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