Una parada del metro de Bruselas
Bélgica se sigue blindando contra el terrorismo: Bruselas invierte 5.7 millones en la seguridad de sus metros
El proyecto incluirá un equipo especial que realizará patrullas ininterrumpidas y dirigirá a las personas sin hogar y a los drogadictos hacia servicios que se adapten a sus necesidades
Bruselas sufrió la semana pasada un sangriento ataque terrorista, cuando un hombre armado asesinó a dos turistas suecos e hirió a un tercero a vista de todos. El suceso ha dejado a la ciudad traumatizada, y sembrado una sensación de inseguridad por todas partes.
Frente a la amenaza terrorista, el gobierno ha decidido tomar medidas drásticas para reforzar la protección del ciudadano en sus estaciones de metro. Para ello, asignó una inversión adicional de 5.7 millones de euros a la Sociedad de Transportes Intercomunales de Bruselas (STIB), con el objetivo de proteger sus trenes y estaciones.
La STIB ha notado un aumento importante en la sensación de inseguridad tanto entre los pasajeros como entre su personal. Las quejas de los clientes se han más que duplicado entre 2021 y 2023, y el año aún no ha terminado. «Esta problemática afecta gravemente al buen funcionamiento de las misiones de la STIB y al atractivo del transporte público», señaló la STIB en un comunicado de prensa.
Como parte de las medidas planificadas, la STIB establecerá un equipo especial que realizará patrullas ininterrumpidas y dirigirá a las personas sin hogar y a los drogadictos hacia servicios que se adapten a sus necesidades. Las medidas de la STIB buscarán trabajar junto a los servicios proporcionados por el sector no lucrativo alrededor de las estaciones.
El proyecto incluye también un aumento del 30% en el personal de Patrulleros de Seguridad de Estación (PSS), cuya función fue establecida en 2017 con el objetivo de asegurar la seguridad en las estaciones. Sus misiones se extenderán al inicio y al final de la noche, periodos críticos en las infraestructuras de la STIB y momentos de la jornada de mayor peligro.
Este nuevo enfoque, inspirado en la experiencia de la RATP (transportes públicos de París), busca una solución veloz e integral al problema, involucrando a todos los actores pertinentes. «La colaboración de todos los actores involucrados es indispensable para enfrentar este desafío crucial para la STIB y para la Región de Bruselas», concluyó Brieuc de Meeûs, CEO de la STIB.
Los nervios de punta
El contexto del miedo en las calles de Bruselas ha sido un factor determinante para la toma de estas medidas. El atentado del 16 de octubre fue perpetrado por Abdesalem Lassoued, un inmigrante ilegal que ya tenía una orden de deportación desde 2022.
La tragedia dejó al descubierto las fallas en el sistema de deportaciones del país y ha generado un intenso debate sobre la eficacia de los procedimientos de seguimiento a personas radicalizadas. Frente a la inseguridad, las fuerzas policiales de la capital decidieron agregar 50 activos más al cuerpo de Policía. Aunque muchos han tachado la medida de «insuficiente», está claro que forma parte de un impulso mayor para recuperar la confianza del ciudadano.
Por su parte, el (ex) ministro de Justicia belga, Vincent van Quickenborne, asumió parte de la responsabilidad del ataque y presentó su renuncia, marcando un antes y un después en la política de seguridad del país. «Es un error individual, monumental e inaceptable», declaró Van Quickenborne, quien también pidió disculpas por las «dramáticas consecuencias» del ataque.
