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Alexei Likhachev, director general de Rosatom, y el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, se reúnen en Moscú.

Alexei Likhachev, director general de Rosatom, y el director general de la OIEA, Rafael Grossi, en Moscú.AFP

Grossi alerta del riesgo nuclear y denuncia el aumento de ataques contra la central de Zaporiyia

Rusia puso sobre la mesa la situación en torno a la planta de Kursk, ya que dicha región homónima está ocupada parcialmente por el Ejército ucraniano, y la central de Smolensk, también en territorio ruso

el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, viajó este viernes hasta Rusia, donde se reunió con Andréi Lijachov, jefe de la agencia nuclear rusa, Rosatom. Tras su encuentro, el diplomático argentino elevó el riesgo de un accidente nuclear y denunció un aumento de los ataques contra la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, la mayor de Europa y bajo control del Ejército ruso desde 2022.

Grossi, que visitó también Ucrania esta semana, subrayó que «la situación no tiene precedentes, ya que la mayor planta de Europa se encuentra en el mismo epicentro de las acciones militares».

«Nuestros esfuerzos comunes están encaminados a prevenir un incidente nuclear con graves consecuencias» y una posible fuga radiactiva, señaló y agregó que el OIEA continúa trabajando para «garantizar la estabilidad».

Eso sí, el argentino aseguró que los pequeños fragmentos de plástico y madera de los drones que supuestamente atacan la planta «no permiten hablar del origen de dichos aparatos».

«Con todo, quiero asegurar que dicho asunto es abordado por mi parte al máximo nivel en las consultas internacionales», señaló Grossi, al que Moscú ha llamado insistentemente a reconocer que Kiev pone en peligro las centrales atómicas con sus ataques.

Lijachov también alertó de que «el riesgo de ataques por parte del Ejército ucraniano aumenta, lo que se ve por el número de drones y cohetes derribados, y también el número de obuses que impactan en territorio de la central, lo que despierta inquietud».

E informó a Grossi sobre las medidas que adopta la parte rusa para garantizar la seguridad nuclear de la planta de Zaporiyia, tomada por las tropas rusas al comienzo de la guerra con Ucrania.

El funcionario ruso también puso sobre la mesa la situación en torno a la planta de Kursk, ya que dicha región homónima está ocupada parcialmente por el Ejército ucraniano, y la central de Smolensk, también en territorio ruso.

Durante la reunión que tuvo lugar en el museo 'Atom' de la VDNJ (en principal recinto ferial del país) también se abordó la rotación de los inspectores del OIEA.

Rusia decidió suspender la rotación, aduciendo que el OIEA propuso cambios a última hora que ponían en grave riesgo a sus empleados.

Ambos bandos autorizaron la presencia de inspectores en la central nuclear, pero Kiev exige que estos lleguen a la instalación a través de territorio ucraniano, lo que supone cruzar el frente.

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