El principal ministro de Justicia de la oposición británica, Robert Jenrick, en Manchester
«No vi otra cara blanca», el polémico comentario de un diputado 'tory' que reabre el debate de la integración en el Reino Unido
Robert Jenrick, el principal ministro de Justicia de la oposición británica, hizo estos comentarios tras una visita al barrio de Handsworth, en Birmingham
El diputado conservador británico Robert Jenrick se ha visto envuelto en una polémica tras conocerse unas declaraciones en las que afirmó que, durante una visita al barrio de Handsworth, en Birmingham, «no vio otra cara blanca» en los noventa minutos que pasó allí. El comentario, realizado durante una cena del Partido Conservador, ha reabierto el debate sobre la integración en el Reino Unido.
Jenrick, uno de los rostros ascendentes del ala derecha tory y actual portavoz de Justicia en la oposición, explicó que su preocupación no era el color de la piel ni la religión de las personas, sino la falta de cohesión social. Según el diputado británico, su experiencia en Handsworth pone de manifiesto que muchas comunidades viven «vidas paralelas» y no comparten espacios comunes, algo que considera perjudicial para la unidad nacional. «No es el país en el que quiero vivir», sentenció, «quiero que la gente viva unos junto a otros, no separados».
Sus palabras, sin embargo, han provocado un terremoto político, incluso dentro del Partido Conservador, estas declaraciones han generado incomodidad. Otros, en cambio, han salido en defensa del diputado. La líder del partido, Kemi Badenoch, aseguró que el comentario fue «una observación legítima» sobre la falta de integración en algunas zonas, y acusó a los medios de sacar la frase de contexto. Según Badenoch, Jenrick estaba planteando una cuestión real que muchos británicos perciben, aunque pocos se atrevan a expresar abiertamente.
El propio Jenrick ha defendido su posición, insistiendo en que sus palabras fueron «honestas y necesarias» y que no piensa disculparse. El diputado torie asegura que el Reino Unido necesita abordar sin tabúes los efectos de la inmigración y la segregación cultural, y admitir que el modelo multicultural ha fracasado en ciertos lugares.