Mercado
El automóvil en Europa se ha convertido en un rompecabezas de difícil solución. Hace unos años bastaba elegir el modelo dejándose guiar por su estética o el tipo de coche que necesitábamos, para después elegir el motor entre una amplia oferta de versiones y potencias. Ahora primero debemos tener claro el tipo de motor que queremos para después elegir el modelo dentro de los que disponen de esa tecnología.
Así, las recientes estadísticas de ventas de coches en Europa dejan datos cuanto menos difíciles de explicar.
Mientras que en España los motores híbridos enchufables que aseguran una autonomía eléctrica por encima de los 50 kilómetros no paran de crecer, en Europa ocurre exactamente lo contrario, las ventas de coches híbridos enchufables, conocidos como Plug Hybrid Electric Vehicle (PHEV) caen de manera estrepitosa en 2022.
Parece que los compradores europeos se decantan por los vehículos 100 % eléctricos que suben de manera importante, mientras que los híbridos enchufables caen en torno a un 20 %, cifra que contrasta con el crecimiento que registran en España (12 %).
Respecto a los coches 100 % eléctricos, las ventas subieron en Europa un 28 % en 2022, mientras que en España cayeron más de un 5 %.
Esto ha llevado a algunos fabricantes como Renault a anunciar la eliminación de sus gamas de los vehículos híbridos enchufables, pues la demanda española no justifica su fabricación.
Se tratan de unos esquemas motrices muy complejos que combinan lo mejor y lo peor de dos mundos. Por un lado cuentan con un motor gasolina y por otro con uno eléctrico que obliga a disponer de una pesada batería. Estos sistemas son costosos y no muy eficientes.
El quid de la cuestión está en que tal y como confirman algunos fabricantes, en España se compran coches híbridos enchufables pero no se recargan nunca las baterías. De esta manera algunos fabricantes como Stellantis han introducido en el vehículos mensajes de alerta que hacen referencia a la necesidad de recargar las baterías periódicamente.
Esto se traduce en que los conductores quieren beneficiarse de la etiqueta Cero pero no estar pendiente de recargarlos, disponiendo de la autonomía infinita que aporta su motor gasolina.
En este caso contaminamos incluso más que si usáramos un vehículo exclusivamente de combustible, pues debemos mover el lastre que supone el conjunto eléctrico, entre 300 y 500 kilos en función del modelo, lo que se traduce en incremento de consumo.
Comentarios