El Reino Unido va a retrasar la prohibición de los coches de combustible

El Reino Unido va a retrasar las prohibiciones a los coches de combustible

Electrificación

El Reino Unido pide tiempo muerto y se convierte en el primer país europeo que retrasa la electrificación

Pese a no formar parte de la Unión Europea, la decisión británica podría poner en duda el calendario de electrificación comunitario y alargar la vida de los coches de combustible

En tan sólo 48 horas el Primer Ministro Británico, Rishi Sunak, ha logrado ganarse la enemistad de la mayor parte de los fabricantes de automóviles que operan en el Reino Unido, así como de entidades tan prestigiosas como la poderosa Asociación de Fabricantes y Comerciantes de Motores (SMMT) que reúne a las principales marcas de coches con intereses en el Reino Unido.
El plan de Sunak para retrasar la prohibición de la venta de gasolina y diésel en las islas británicas supone un golpe bajo a la industria automovilística mundial, que tratan de sacar adelante una de las mayores transformaciones a las que se ha enfrentado y que no están encontrando la respuesta esperada en los compradores, que no acaban de pasar por el aro de la electrificación.

Cambian las reglas del juego

El problema de que un país como el Reino Unido, hasta hace poco miembro de pleno derecho de la Unión Europea, decida retrasar la electrificación de su mercado es que podría hacer que algunos países miembros de la UE en la actualidad lo tomen como un camino a explorar, dado que la electrificación se ha convertido en una medida profundamente impopular.
Ni siquiera marcas británicas como Range Rover apoyan la medida

Ni siquiera marcas británicas como Range Rover apoyan la medida

Conviene matizar que la decisión del Primer Ministro no es permitir indefinidamente los coches con motor de combustible, sino que se ha limitado a poner en hora el reloj de la electrificación de las islas con el del resto del continente europeo, que permitirá vender coches gasolina y diésel hasta 2035.
En el Reino Unido la previsión inicial era poner fin a las ventas de estos coches en 2030, algo que ocurrirá sólo cinco años después, un simple tiempo muerto al proceso.

Tiempo muerto

La realidad es que los conductores del Viejo Continente traducen el mensaje de la electrificación como una obligación más, impuesta por la Unión Europea, y no son capaces de encontrar por ningún lado las ventajas de dejar aparcados sus coches de combustible y montarse en unos coches eléctricos caros y que en ningún caso resultan tan funcionales como sus vetustos vehículos gasolina y diésel.
Las zonas de ultrajabas emisiones de Londres demuestran la baja popularidad de la electrificación

Las zonas de ultrajabas emisiones de Londres demuestran la baja popularidad de la electrificación

Se trata de un cambio muy profundo que la UE ha encarado por el camino de la prohibición, limitando la entrada a las grandes ciudades de los coches más contaminantes y poniendo fecha de caducidad a los coches en función de sus etiquetas, caducidad que afecta incluso a vehículos con etiqueta C recién salidos del concesionarios, una de las razones principales para que la electrificación sea tan impopular.

Mirada con recelo

En este contexto no es extraño que los países de la Unión Europea hayan mirado con recelo a las islas, al igual que los principales grupos automovilísticos, que en algunos casos como el de Ford han llevado a cabo declaraciones contundentes contra esa decisión.
Las declaraciones han llegado de la boca de la CEO de la marca en las islas británicas, Lisa Brankin, que ha asegurado que esta decisión va en contra de las tres claves que necesita ahora el automóvil: «ambición, consistencia y compromiso». Lisa no dejó pasar la ocasión para recordar los 45.000 millones de euros invertidos por su marca en electrificación, de los cuales 500 han ido destinados al Reino Unido.
Hay que recordar que las marcas de coches llevan ya años trabajando con este calendario en la cabeza, conforme al mismo han hecho sus previsiones de compras a proveedores y planes de lanzamientos y cualquier cambio es dramático para ellas.
Lis Brankin, una de las primeras voces en discrepar del primer ministro británico

Lisa Brankin, una de las primeras voces en discrepar del primer ministro británico

Recientemente el CEO de Stellantis en Europa declaraba a este periódico que cualquier tipo de retraso en la electrificación genera «incertidumbre», todo lo contrario a lo que necesita el sector del automóvil en estos momentos tan delicados.
Lo cierto es que la decisión se encuadra dentro de un paquete económico mucho más amplio tomado por el partido de Sunak, que incluye desde las calderas de gas domésticas hasta las tasas aéreas. Un paquete que la oposición laborista ha leído en clave electoralista rápidamente, pues hay que recordar que el año que viene hay elecciones en el Reino Unido.
Sucesos como los ocurridos en Londres con las Zonas de Ultra Bajas Emisiones (ULEZ) y las protestas populares demuestran el calado de cualquier tipo de decisión que afecte a la circulación y a los conductores y su coste electoral.
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