Subirse a una moto requiere tener un comportamiento activo de anticipación durante la marcha. Dejarse llevar por el tráfico es peligroso porque las caídas pueden ser graves y los coches que circulan alrededor pueden empeorar las cosas, pues sus reacciones son en muchos casos violentas e impredecibles.
Adelantamientos
Muchos motoristas ingenian maneras de controlar el tráfico que les rodea cuando avanzan entre los coches en momentos de atasco. Aunque la DGT avisa de que las motos no pueden adelantar a otros vehículos pasando entre ellos, es habitual que los motoristas aprovechen su tipo de transporte para evitar sufrir los mismos atascos que si fueran en su coche particular.
Circular entre coches está prohibido y sancionado
En estas situaciones, es cuando las motos corren el peligro de ser atropelladas por los giros de los vehículos. Es posible que los turismos puedan ver a las motocicletas, pero siempre son los motoristas los que deben anticiparse a los cambios de dirección de otros vehículos como pueden ser furgonetas y camiones de reparto que tienen una visibilidad más limitada.
Para que estos puntos muertos no acaben en tragedia, las ruedas delanteras son las que marcan qué tiene pensado hacer el conductor en su próximo movimiento.
Lógicamente cuando un coche va a cambiarse de carril en un atasco lo primero que hace es girar la dirección, con lo que el movimiento lateral de la rueda anticipa lo que va a hacer.
Los intermitentes ayudan, pero puede haber errores, no funcionar o no ser activados, tal y como ocurre habitualmente en las calles, y los motoristas aprenden a mirar las ruedas delantera de los coches para saber si van a invadir su carril por un giro a la izquierda o a la derecha y poder frenar así con la antelación suficiente para evitar un accidente que en motor podría ser muy grave.