
Un vehículo de la Guardia Civil mal aparcado
Estacionamiento
La recomendación de la Guardia Civil cuando aparcas un coche que no cumplen ni ellos
Las infracciones de aparcamiento en las ciudades son cada vez más frecuentes, con nuevas formas de control como los coches con cámara que multan de manera autónoma
El aparcamiento es el gran problema que afecta a los automovilistas y que ha empeorado con los años, pese a que en las ciudades se han multiplicado las plazas de estacionamiento cada vez es más difícil encontrar un sitio libre, por lo cual nacieron soluciones como las zonas de estacionamiento regulado.
Hay que tener en cuenta que cada plaza de garaje que vemos tiene un coste para la administración local de unos 200 euros anuales, dinero que se destina tanto a su mantenimiento y conservación como a su vigilancia.
200 euros al año por plaza
De hecho algunos estudios que manejan habitualmente los ayuntamientos indican que la única manera de disuadir a los conductores de usar el coche es eliminar la posibilidad de estacionarlos, pues en las zonas en las que hay aparcamiento disponible hasta el 80 % de los conductores va en coche a trabajar, frente al 30 % de los que lo hacen en zonas donde no hay plazas disponibles.

No se puede aparcar peor el coche
A todo ello hay que sumar el hecho de que los coches de hoy en día son cada vez más grandes, lo que significa que cada vez ocupan más espacio. En este contexto es habitual que surjan los aprovechados que utilizan cualquier resquicio para estacionar sus vehículos.
No seas Simpson
Tal es así que la Guardia Civil compartía recientemente en redes sociales esta publicación en la que puede verse cómo pide a los conductores literalmente no hacer un Simpson, que no es otra cosa que aparcar mal un vehículo donde no se debe, en este caso en las plazas de personas con movilidad reducida.
Conviene recordar que estacionar en una de estas plazas supone una infracción grave que se sanciona con 200 euros.

Nada de aparcar en una plaza de persona con movilidad reducida y simular...
Si se nos ocurriera usar una tarjeta de persona con movilidad reducida o similar estaríamos ante un delito de falsificación de documento público, sancionado con una multa que podría superar los 1.000 euros, a lo que habría que sumar la más que posible retirada del coche.