Uno de los agentes junto a la furgoneta

Uno de los agentes junto a la furgoneta

Seguridad vial

«Como hombre vivo no estoy obligado a soplar por sexta vez»: el surrealisa control de alcoholemia de un conductor cogorza

«Usted ha dado positivo y no se mueve», con estas palabras un Guardia Civil trata de zanjar la verborrea de un conductor que va bebido al volante

Agentes de la Guardia Civil confirman que no recuerdan nada parecido desde el «Pim pam toma lacasitos», el vídeo de un joven bebido y drogado que fue interceptado por la Guardia Civil en un control de alcoholemia y ha pasado a la historia de la televisión.

Hoy es el conductor de este Mazda el protagonista de un vídeo en el que graba a los agentes durante uno de los controles de alcoholemia más bochornosos que recuerdan.

Actitud educada

Es cierto que el conductor no pierde los papeles ni las buenas formas, pero trata de hacer valer unos «derechos naturales como persona viva» que nadie tiene muy claros.

El agente con el alcoholímetro en la mano

El agente con el alcoholímetro en la mano

De hecho en un momento dado uno de los agentes le remite a un segundo agente del que dice que «sabe más de esas cosas».

En este caso el conductor está tratando de ganar tiempo para evitar la acción de la justicia en un control de alcoholemia en el que de acuerdo con el alcoholímetro de mano de los agentes ha dado positivo con 0,31 mg/l por consumo de alcohol.

Momento que el agente aprovecha para recordarle que no se iba a mover de ahí porque había dado positivo, pese a que el conductor se reconoce como «hijo de Guardia Civil».

Hijo del cuerpo

De hecho es el propio agente quien en un momento dado le tiene que poner en su sitio recriminándole que está soplando mal aposta, de hecho ha repetido el control hasta en seis ocasiones porque no sopla con la suficiente fuerza.

La acompañante no da crédito de lo que está viviendo

La acompañante no da crédito de lo que está viviendo

En un momento dado su acompañante, una mujer que no sale del coche, mira extrañada por la situación kafkiana que está generando el conductor amparándose en el derecho de los vivos y en que la Guardia Civil y el Estado español son corporaciones.

Conviene recordar que efectivamente los conductores tienen derecho a no soplar en los controles de alcoholemia, lo que no les exime de la multa, sino que reciben la multa máxima por alcoholemia que son 1.000 euros y 6 puntos y un más que probable juicio rápido si es que el agente estima que hay síntomas de alcoholemia en el conductor.

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