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24 de abril de 2024

Joan Didion

Joan DidionTradlands

Joan Didion (1934-2021)

La madre del «nuevo periodismo»

La periodista y escritora fue una observadora imparcial de la sociedad y la vida política estadounidenses a través de sus colecciones de artículos, novelas y guiones

Joan Didion
Sacramento, 5 de diciembre de 1934
Manhattan, 23 de diciembre de 2021

Joan Didion

No fue hasta que llegué a la universidad cuando leí a Joan Didion. La ausencia de autoras femeninas en mi formación previa no había supuesto para mí un motivo de reflexión, pero cuando descubrí a la escritora y periodista estadounidense se abrió un mundo nuevo para mí. «Escribo por la única razón de entender lo que estoy pensando, lo que estoy mirando, lo que veo y lo que significa. Lo que quiero y lo que temo». Esa alabanza de la escritura como llave para comprender la realidad, ajena e interna, fue el inicio de un idilio a tres entre la palabra, Didion y mi propia experiencia.
Cuando tenía cinco años, su madre le regaló un cuaderno para que calmara su ansiedad escribiendo. 82 años después, la californiana ha fallecido a causa de complicaciones derivadas de la enfermedad de Parkinson, y lo ha hecho en su casa de Manhattan, en Nueva York, rodeada de libros y con un cuaderno en la mesilla de noche. Porque escribir la ayudaba a entender el mundo; a entender la vida, pero también la muerte que veía acercarse a pasos agigantados desde el diagnóstico de su enfermedad.
Su familia llevaba mucho tiempo asentada en California, entonces un estado principalmente agrícola, algo importante para la historia de Didion y para su forma de narrar historias. Ella había nacido en la ciudad de Sacramento en 1934, hija de Eduene y Frank Didion, oficial de finanzas del ejército estadounidense, jugador de póker y, tras la Segunda Guerra Mundial, dedicado al sector inmobiliario. Joan vivió en los destinos de su padre, lo que impregnó su prosa temprana.
La única influencia que ella citó como inconfundiblemente importante en su obra fue Ernest Hemingway, ya que había mecanografiado su prosa para dominar el teclado y su sintaxis: la colocación exacta de las palabras era la base de su estilo como lo había sido del de él. «La gramática es un piano que toco de oído», afirmaba. Estudiar literatura inglesa en la Universidad de Berkeley la enseñó a auditar el significado y a diseccionar el lenguaje, convirtiendo la escritura en su vocación.
Tras ganar el concurso Prix de Paris de Vogue en 1956 consiguió un trabajo de redactora en Nueva York, y ascendió a editora asociada durante ocho años en Condé Nast. Se enamoró de la promesa de la ciudad, de sus gentes y sus historias y su actividad frenética, pero a la vez sus raíces en la Costa Oeste la hacían sentirse fuera de lugar en la gran ciudad. Con una máquina de escribir portátil, sentada en una silla de su apartamento casi vacío, escribió una novela sobre los ríos californianos: El río en la noche.
Esa primera novela, desgarradora y desnuda, supuso ya un anticipo del retrato social que llevaría a cabo Joan Didion  a lo largo de su carrera. John Gregory Dunne, empleado de la revista Time y también autodeclarado outsider, la editó. Se enamoraron, se casaron en 1964 y se trasladaron temporalmente a Los Ángeles con la esperanza de que el hermano mayor de él, el productor Dominick Dunne, sería su puerta de entrada para dedicarse a la escritura de guiones. Ese escenario no se cumplió del todo, y ambos tuvieron que recurrir al periodismo de revista para obtener ingresos.
Didion clasificó algunos de sus ensayos, con su prosa en primera persona y sus finos detalles de ficción, como «personales», pero en realidad trataban del mundo visto por ella misma, una mujer conservadora tanto en lo político como en lo social que representaba a la última generación americana nacida antes de la contracultura y la revolución hippie. Era una mujer nerviosa y ella misma describía su ansiedad social y su incapacidad para realizar una simple llamada telefónica; sin embargo, su capacidad de observación en los lugares atestados que tanto la afectaban la encumbró como cronista de la época.
Su primer libro de recopilación de artículos, Arrastrarse hacia Belén, se publicó el mismo año en que sufrió su primera crisis nerviosa, 1968. Convertido hoy en un clásico moderno, en el momento adquirió una paulatina y creciente fama que se consolidó con su segunda novela, Según venga el juego (1970), con una protagonista adormecida a las afueras de Hollywood. Es una ficción tan fría que el editor de Didion, Henry Robbins, la llamó para preguntarle si estaba bien.
Tras unas cuantas inmersiones en la escritura de guiones, incluida la adaptación que realizó junto a su marido de Ha nacido una estrella bajo las directrices de Barbra Streisand, volvió a los ensayos, cada vez más personales. Llegaron entonces The White Album y Una liturgia común, donde exploró lo que sería el centro de su literatura: la sociedad americana.
Escribió sobre la cobertura de la prensa estadounidense de la guerra interna de El Salvador y sobre los movimientos migratorios de iberoamericanos, que reflejó en Miami (1987). Todo ello comenzó un periodo de escritura sobre política en el que reflexionaba especialmente sobre el sistema americano: Ficciones políticas, Lo último que quiso, Después de Henry, Democracia... Exploró las conexiones privadas con el poder público, y realizó una defensa de lo político como personal y lo personal como político.
En 2003 llegaron sus memorias, Where I was from, un canto de amor a su California natal, a la que había regresado una y otra vez con sus escritos, a pesar de reflexionar sobre todo Estados Unidos. En la autobiografía finalmente admitió que su fijación por California había sido una ilusión: «Un encantamiento bajo el que viví mi vida». No era el lugar que ella creía, y nunca lo había sido.
Otro desencanto llegó con su matrimonio. Unidos no solo por el amor, sino también por el trabajo, batallaron con rupturas y reconciliaciones, pasaron largas etapas viviendo separados y de repente, Dunne murió de un ataque al corazón en su mesa de Manhattan en 2003, una salida repentina que Didion describió en El año del pensamiento mágico (2005), un libro lleno de dolor e incredulidad, una magnífica reflexión sobre el duelo. Fue admirado por la crítica por su honestidad y claridad, y adaptado para el escenario.
Didion retrasó el funeral de Dunne hasta que la hija de ambos, Quintana, se recuperara de la neumonía y el shock séptico que la habían llevado a cuidados intensivos del hospital. Pero su recuperación fue breve y Quintana murió justo antes de la publicación del libro. Didion y Dunne habían adoptado a la niña el día de su nacimiento en 1966, y la llamaron como un estado mexicano. Se convirtió en una protagonista familiar en sus obras, a menudo citada, descrita como usuaria despreocupada del servicio de habitaciones de hotel cuando acompañaba a su madre en las giras de libros.
En Noches azules (2011), Didion trazó otra historia de Quintana como una niña de Hollywood aterrada por el abandono, con tendencias suicidas, diagnosticada como maníaco-depresiva y rota de dolor por sus encuentros con su familia biológica. Sin embargo, el verdadero tema de Noches azules era la propia Joan Didion, sola y muy lejos de California. Sus últimos trabajos, South and West (2017) y Let Me Tell You What I Mean (2021) recogen sus «notas de campo» y sus primeros escritos. Esos que hoy, tras su fallecimiento, conviene recuperar y no abandonar jamás.
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