Hardy Krüger y su mujer, Anita
Hardy Kruger (1928-2022)
El alemán más simpático del cine contemporáneo
Marcado por su incorporación forzosa en las SS, compaginó una gran carrera con un compromiso cívico contra el extremismo
Nació en Berlín el 12 de abril de 1928 y falleció en Palm Springs el 19 de enero de 2022
Eberhard August Franz Ewald Krüger
Actor precoz, su carrera fue interrumpida por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Tuvo que esperar a los cincuenta y a la película 'El último evadido' para alcanzar un estrellato del que disfrutó durante un cuarto de siglo antes de replegarse en series y documentales.
La guerra estaba más que perdida para Alemania en marzo de 1945, mas el nazismo no reparaba en escrúpulos ni siquiera con los más jóvenes a los que incorporaba de fuerza en unidades exhaustas. Es lo que le ocurrió al joven Eberhard August Franz Ewald Krüger –aún no había cumplido los 17 años– que de la noche a la mañana se vio alistado en la División 38 de las SS, más conocida por el nombre de Nibelungen. A los pocos días tuvo lugar su entrada en combate. En un momento dado vio como recibía disparos procedentes de unos lejanos «puntos marrones»; en realidad, un pelotón del Ejército norteamericano. Él también disparó. Sin embargo, según los «puntos marrones» se iban acercando, dejó de hacerlo: «Eran rostros de seres humanos». Una actitud que le valió un juicio sumario por «cobardía en presencia del enemigo» ante un Consejo de Guerra que le condenó a muerte. Pero un superior de sus improvisados jueces se apiadó de él, por lo que pudo escapar, viviendo de incógnito en un bosque antes de pasar las últimas semanas del conflicto bélico en un campo de prisioneros bajo control norteamericano.
Ya en libertad el objetivo primordial de Krüger, crecido en el culto a Hitler por obra y gracia de sus padres, era retomar una carrera de actor cuyos pinitos transcurrieron antes de su experiencia castrense, habiendo destacado en la película The Young Eagles, de Alfred Weidenmann. En la Alemania devastada solo pudo actuar en pequeños teatros y en películas de medios limitados hasta que en 1953 obtuvo un papel en La luna es azul, de Otto Preminger. Con todo, seguía sin obtener satisfacción en su propio país, por lo que decidió probar suerte en el Reino Unido. Pero, a mediados de los cincuenta, este país aún no había superado todos sus prejuicios de años atrás y no era el lugar más propicio para un actor germano. Pero Krüger no se desanimó, probó suerte y cultivó el arte del detalle hasta el punto de eliminar la diéresis de su apellido y cambiar su nombre. La apuesta fue acertada: en 1957 le tocó el papel principal en El único evadido, memorable película basada en la historia de Franz von Werra, el único prisionero de guerra alemán que logró escapar de un campo británico durante la Segunda Guerra Mundial.
El éxito fue planetario, con la salvedad de que a Kruger le incumbió a partir de ese momento, pese a su dura experiencia personal, hacer de oficial alemán en diversas producciones. Más alivio, por ejemplo, sintió al hacer de persona que bregaba con problemas de conciencia en El franciscano de Bourges. Pero Kruger era ante todo un hombre de acción. Lo demostró en Hatari!, que protagonizó junto a John Wayne y que fue rodada en parte en su granja de Tanzania. Además, en uno de los descansos del rodaje inició un concurso de borracheras con Wayne, al que derrotó: le tuvo que llevar en brazos a su habitación. Otras notorias películas de su trayectoria son Un taxi para Tobruk –rodada en España–, El vuelo del Fénix, Barry Lyndon o Un puente lejano, que recreaba la desastrosa operación aliada en los Países Bajos que retrasó meses el final de la Segunda Guerra Mundial. A partir de los setenta, Kruger centró su carrera en documentales y series, actividad que compaginó con un intenso compromiso cívico en contra de los extremismos. Su pasado, pese a no ser vergonzoso, nunca dejó de pesarle.
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