PANCHO LEDO
Pancho Ledo (1925-2022)
El periodista imparable
En más de una ocasión destacó haber disfrutado siendo subdirector general de cine; pero, sobre todo, de los años que desempeñó la presidencia del Club de Periodistas gallegos en Madrid, ya jubilado
Nació el 3 de febrero de 1925 en Ribadeo y falleció el 5 de septiembre de 2022 en Madrid
Francisco Díaz Rey
Hasta sus últimos momentos se interesó por la política, los vaivenes sociales y los interrogantes de España. No se lo impidió la pérdida de los sentidos del oído y de la vista. No, no por ello dejó de escribir su columna en El Correo Gallego, dictando su manera de ver las cosas
Francisco Díaz Rey era hombre de la Mariña Oriental Lucense. Había nacido en Ribadeo y desde Madrid ese era el punto de prolongación de él mismo y de sus recuerdos. Siendo Pancho Díaz Rey, un buen día decidió hacer homenaje al escritor y poeta uruguayo José María Alonso y Trelles Jarén conocido como «El Viejo Pancho», nacido y muy querido en Ribadeo. Desde aquel entonces Pancho pasó a unirse al apellido Ledo y vivió así en franca armonía de alegre y animoso. Segunda vida o vida paralela, eso dan los seudónimos a aquellos que escriben y a él acabó fijándole su identidad para el recuerdo. La alternativa a su nombre propio reemplazó la elección de sus orgullosos padres encantados de haberle bautizado como al fundador de la orden franciscana.
Pancho Ledo era persona entusiasta, gallego de ida y vuelta que se hacía escuchar pero que además de desprender señorío, quizás por eso, sabía ponerse en el lugar del otro. Pasó de los 90 años y casi toca los 100. Con sus 97 el domingo 21 del pasado mes de agosto presenció en Ribadeo el homenaje al semanario en el que había colaborado, La Comarca del Eo, editado por Grupo El Progreso de Lugo. Fue su última aparición en público. Ya antes de apoyarse en el bastón lo hizo en la moralidad por la Delegación de Información y Turismo en Cáceres y Málaga, por la Subdirección General de empresas turísticas, de promoción de la cinematografía y de servicios de la Secretaría de Estado de Turismo. En más de una ocasión destacó haber disfrutado siendo subdirector general de cine; pero, sobre todo, de los años que desempeñó la presidencia del Club de Periodistas gallegos en Madrid, ya jubilado. «Es de la etapa que tengo mejores recuerdos», confesaba una tarde en el Café Varela de la capital de España donde se realizan los encuentros del club.
Envejeció con gracia, sonrisa y echando de menos a su querida esposa Mayte, fallecida hace trece años. Puso en marcha la Casa de Galicia en Madrid por lo que recibió homenajes multitudinarios de la colectividad gallega en la Villa y Corte. Fue un hombre que hasta sus últimos momentos se interesó por la política, los vaivenes sociales y los interrogantes de España. No se lo impidió la pérdida de los sentidos del oído y de la vista. No, no por ello dejó de escribir su columna en El Correo Gallego, dictando su manera de ver las cosas. Lo hizo hasta hace 3 años. Lanzaba mensajes a los que estaban lejos ideológicamente pero siempre a los próximos. Uno de sus tres hijos, Antonio, recuerda que siempre estaba escuchando audiolibros. En un momento del día 3 de septiembre de este 2022 se sintió mal en Madrid, y en 20 minutos se fue al otro lado, nombre de su columna en El Correo Gallego. Descansa en el cementerio de Santiago de Reinante en Lugo. Maite le estaba esperando para volver a acompañarle donde Galicia tenga nombre propio. La playa de las Catedrales le debe protagonismo a este hombre, que fue en su momento director general de Turismo de la Xunta de Galicia
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