Bernard Shaw (1940-2022)
El imperturbable rostro de CNN
Presentador estrella del canal de información continua entre 1980 y 2001, cubrió también grandes acontecimientos como la Guerra del Golfo o la revuelta de Tiananmén
Nació el 22 de mayo de 1940 en Chicago y murió el 7 de septiembre de 2022 en Washington D.C.
Bernard Shaw
Procedente de un hogar humilde en el que se compraban cuatro periódicos diarios, empezó en una radio. En los setenta fue uno de los primeros presentadores afroamericanos de CBS y ABC. Entre 1980 y 2001, fue uno de los referentes de CNN.
Bernard Shaw asumió un riesgo, allá por 1980, al dejar su cómodo puesto de presentador de referencia en ABC News para incorporarse al proyecto, aún en fase embrionaria, de CNN y a la incertidumbre que representaba entonces el mismísimo concepto de canal de información continua. Su traspaso implicó, asimismo, una bajada de sueldo.
La prueba de que el paso dado por Shaw había sido acertado se verificó al año siguiente con motivo del intento de asesinato de Ronald Reagan: mientras el resto de los canales daba por segura la muerte en el tiroteo de Jim Brady, jefe de prensa del presidente, Shaw se negó a seguir la corriente informativa por la sencilla razón de que la fuente de CNN era secundaria. Periodismo elemental. Al final, Brady resultó gravemente herido.
El puntilloso rigor exhibido por Shaw tuvo una importancia crucial para conferir solvencia a CNN. Para el presentador fue el primero de unos episodios televisivos que protagonizó y que aún permanecen en la retina de muchos norteamericanos.
El más señero, probablemente, tuvo lugar en 1988 en pleno duelo presidencial entre George H.W. Bush y su contrincante demócrata Michael Dukakis, notorio opositor a la pena de muerte. Al preguntar Shaw a este último si autorizaría la ejecución de una persona que hubiera violado y asesinado a su propia esposa, respondió que no. Pero Dukakis lo hizo de manera tan fría y legalista que se volvió en su contra. Como era de esperar, semejante torpeza apuntaló la campaña de Bush.
Shaw no era un presentador solo de estudio o propenso a la cercanía sistemática con los poderosos. Era un tipo dispuesto a desplazarse al lugar de los hechos cada vez que hiciera falta: el primer gran acontecimiento que cubrió, por cuenta de una televisión de Chicago –su ciudad natal–, fueron los funerales de Martin Luther King.
Para CNN también viajó a Pekín en la primavera de 1989 para cubrir las manifestaciones de la plaza Tiananmén, desde donde avisó de la inminente censura del Gobierno chino. Así fue: dejó el directo pocos minutos antes de que le cortaran la conexión.
Aunque su fama planetaria empezó en plena Guerra del Golfo, con sus crónicas desde la novena planta del hotel Al Rashid de Bagdad: siguió transmitiendo, con su estilo imperturbable, mientras las bombas rozaban su habitación. La mayor parte de los corresponsales occidentales había abandonado la capital iraquí. Explicación: «El interés informativo era evidente y había que estar allí».
Una declaración de principios que le impulsó a pasar dos semanas seguidas en Oklahoma City para cubrir las postrimerías del atentado cuyo balance había sido de 168 muertos. Shaw tenía ya 55 años y algo más de un lustro más tarde, al expirar su contrato con CNN, optó por jubilarse, dejando un recuerdo imborrable.
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