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28 de marzo de 2024

adriaan vlok

AFP

Adriaan Vlok (1937-2023)

El represor que lavó los pies a sus víctimas

Quien fuera ministro de Ley y Orden durante los años más duros del apartheid, terminó confesando sus delitos y pidiendo perdón públicamente

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Nació el 11 de diciembre de 1937 en Sutherland (Provincia de El Cabo, Sudáfrica) y falleció el 8 de enero de 2023 en Centurión (Provincia de Gauteng, Sudáfrica)

Adriaan Johannes Vlok

Sus estudios de Derecho en Pretoria le sirvieron para ingresar en la judicatura y para iniciar una carrera política que culminó siendo titular de Ley y Orden entre 1986 y 1991 y de Servicios Penitenciarios entre 1991 y 1994.

El mandato de Adriaan Vlok como ministro de Ley y Orden de Sudáfrica entre 1986 y 1991 coincidió con el repunte de las revueltas contra el régimen supremacista del apartheid. Fiel ejecutor de la línea represiva fijada por el entonces presidente Pieter Botha, Vlok no se paró en barras cuando se trató de aplastar los actos de protesta: se calcula que durante su mandato fueron detenidas alrededor de 30.000 personas, la mitad de las cuales, más o menos, acabaron entre barrotes y fueron ilegalizadas una veintena de asociaciones. Eso, en lo tocante a las estadísticas.
Por lo que respecta a los métodos utilizados –al amparo, principalmente, de la Ley de Seguridad Nacional, de triste recuerdo–, los agentes a las órdenes de Vlok –a algunos de ellos les felicitaba por escrito– practicaron, sin ir más lejos, el asesinato selectivo. De ahí que el Congreso Nacional Africano, liderado por Nelson Mandela, exigiese su dimisión en los albores del proceso de transición puesto en marcha, precisamente con la liberación del histórico activista y futuro presidente.
La exigencia fue satisfecha por el sucesor de Botha, Frederik De Klerf que, sin embargo y para no dar la impresión de una desautorización absoluta de Vlok –el establishment blanco aún mandaba mucho–, ofreció a este último la cartera de Servicios Penitenciarios. «Pensaba que el apartheid era justo», declaró el exministro en una entrevista publicada en 2015. «Nuestra tarea consistía en inspirar miedo a la gente».
Los remordimientos de Vlok afloraron por primera vez en 1999, con motivo de su comparecencia ante la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, instancia que ofrecía amnistía a cambio de confesión pública. Mas en 2006 salieron a la luz unos delitos que Vlok había obviado siete años antes y que, por lo tanto, no estaban cubiertos por la Comisión. La consecuencia fue una condena a diez años de cárcel con carácter suspensivo.
Este nuevo episodio supuso para Vlok la intensificación de sus remordimientos, cuya demostración más espectacular fue el acto público de lavado de pies al activista y reverendo Frank Chikane: cuando era ministro ordenó inocular veneno en su ropa interior para intentar acabar con su vida. Vlok repitió el gesto con las madres y viudas de los «Diez de Mamelodi», fallecidos tras caer en una trampa tendida por un chivato de la Policía.
Esta actitud se enmarcaba, asimismo, dentro de la conversión religiosa experimentada por un Vlok que siguió redimiendo su sentimiento de culpa hasta el final de su vida repartiendo comida gratis en barrios desfavorecidos. Un desenlace difícilmente previsible cuando ingresó de joven en el Partido Nacional, paso imprescindible para desarrollar una carrera en las estructuras del apartheid. Lo menos que se puede decir es que Vlok, hasta su arrepentimiento, cumplió el guion con creces: magistrado, subsecretario de Justicia, jefe de Gabinete del primer ministro John Vorster –figura clave del régimen–, concejal, diputado en 1974, viceministro y ministro de pleno derecho a partir de 1986.
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