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23 de abril de 2024

Benito Bollati

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Benito Bollati (1926-2023)

Un fascista auténtico y sin remordimientos

Fiel a Mussolini hasta el último día, luchó a sus órdenes directas en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial y fue diputado en los setenta

Benito Bollati
Nació el 14 de marzo de 1926 en Milán, donde falleció el 24 de enero de 2023

Benito Bollati

Combatiente de la República de Saló entre 1943 y 1945, abogado desde 1956, fue diputado del Movimiento Social Italiano entre 1974 y 1979 y consejero regional de Lombardía entre 1980 y 1990.

El 8 de septiembre de 1943 fue una de las fechas importantes de la Segunda Guerra Mundial: a última hora de la tarde y por medio de un mensaje radiofónico, el mariscal Pietro Badoglio, jefe del Gobierno desde julio tras la caída de Benito Mussolini, anunciaba un armisticio entre Italia y los Aliados. Inmediatamente, Benito Bollati, un joven lombardo de 17 años, a sabiendas de lo que hacía, decidió unir su destino al del derrocado Duce, que se disponía a fundar, en compañía de sus últimos fieles –eran unos miles– la República Social Italiana en Saló, municipio cercano a Brescia.
Bollati solo tuvo que desplazarse a la provincia contigua –la suya era la de Milán–, pero dio un paso que marcaría su vida para siempre. De entrada, pasó dos años obedeciendo órdenes sin rechistar, en el corazón de un Estado cada vez más fantoche, convencido de que se podía invertir el curso de la Historia y preparar el regreso triunfal de Mussolini a Roma. Los acontecimientos se encadenaron irremisiblemente en dirección contraria, por lo que al final del conflicto, Bollati fue procesado por colaboracionismo, teniendo que esperar hasta los 32 años para colegiarse como abogado.
Ni esa represión a fuego lento, ni los estigmas por su pasado dieron pie al más mínimo remordimiento, Antes, al contrario: participó activamente en el renacer de un neofascismo que paulatinamente iba ganando adeptos a medida que empezaba a deteriorarse la Primera República, y tomó parte en alguna que otra reyerta contra grupos izquierdistas en el Milán de finales de los sesenta.
A mediados de la década siguiente fue víctima de una brutal agresión por cuatro jóvenes armaos de barras de hierro y con pasamontañas. Diagnóstico: doble traumatismo –craneal y dorsal– así como traumatismo cinco dedos machacados. Treinta años después, Bollati confesó en una entrevista que iba armado, pero que tuvo que cubrirse la cabeza para protegerse de las barras que y dudó en sacar la pistola. Cuando se decide a hacerlo, sus agresores empezaron a golpearle. Al final, consiguió escapar.
El episodio ocurrió el 12 de enero de 1975. Pocos meses antes, Bollati había tomado posesión de su escaño por el neofascista Movimiento Social Italiano (MSI). Ocurrió entonces una de esas escenas propias de la vida política italiana: el socialista Sandro Pertini, presidente de la Cámara de Diputados y héroe de antifascismo, emitió una declaración institucional de condena de la agresión contra Bollati, afirmando que «sea cual sea la posición política de un diputado, no es aceptable que sea golpeado en el ejercicio de sus funciones».
Unas funciones parlamentarias que Bollati ejerció –llegó a ser secretario de su grupo– mientras contribuía, bajo la batuta de Giorgio Almirante, su compañero en Saló, a hacer del MSI un partido alfo más pragmático, aunque sin renunciar en absoluto a sus premisas doctrinales e históricas. Por eso se fue del partido en los noventa cuando Gianfranco Fini le despojó de su ropaje antifascista. Bollati se replegó para siempre en su bufete de la capital lombarda. Al cumplir 50 años de profesión, el decano del Colegio de Abogados de Milán le definió como «un abogado de alto nivel y hombre de gran compromiso político y social, como demuestran sus numerosas experiencias». En la España de las leyes de memoria democrática, hubiera sido expulsado de la entidad.
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