Sus autobuses transportan a buena parte de Asturias

Gerardo Medina García frecuentó la sede de su empresa hasta pocos días antes de fallecer, pese a que, desde hace ya años, la gestión diaria corre a cargo de su hijo Raúl. Más él ha sido su alma durante más de ocho décadas: Medina era aún un adolescente cuando su padre le inició, junto con su hermano Vidal, en el negocio del transporte por carretera. Los inicios fueron más bien rudimentarios en aquella Asturias de la posguerra: un camión que, con el transcurrir de los años, dio el paso, primero a una flota de una docena de vehículos y más adelante a la empresa consolidada que hoy en día sigue siendo Autocares Medina. El mismísimo fundador ha supervisado todo el proceso, pues tenía apenas 16 años cuando se puso por primera vez al volante.

Un esfuerzo que ha merecido la pena pues, como recuerda El Comercio, «cientos de escolares gijoneses viajaron de niños con sus autobuses, así como se encargó de los traslados de los alumnos internos de la Universidad Laboral a sus provincias de origen. Por poner solo algunos ejemplos, los alumnos de los colegios San Vicente, Valmayor, las Ursulinas (hoy Montedeva) y Los Robles. También hicieron uso de su flota numerosos equipos, como el Sporting y la Federación de Fútbol».

Sin olvidar las líneas regulares cuya concesión logró Autocares Medina o las rutas turísticas. Como muchos empresarios con visión a largo plazo, Medina supo diversificar con la creación de la Agencia Viajes Principado, dirigida por su mujer María Rosa Mori Pardías; también vio la necesidad de canalizar los intereses del sector a través de una organización conjunta, la Corporación Asturiana del Transporte (Car), que creó en 1977 junto con otros empresarios del Transporte, entre ellos José Cosmen, de la conocida marca de autobuses, también asturiana, Alsa, Medina presidió la Car durante más de tres décadas.