
Julio Martín Casas
Julio Martín Casas (1938-2025)
Precursor del ecologismo realista en España
A través de la Fundación para la Ecología y la Protección del Medio Ambiente empezó a concienciar a la opinión pública acerca de la necesidad de conservar el Patrimonio natural

Julio Martín Casas
Ecologista
Fue director de la Fundación para la Ecología y la Protección del Medio Ambiente entre 1980 y 2008, y figuró entre los fundadores de la Asociación de Amigos de los Parques Nacionales
El 14 de enero de 1980 quedó constituida en Madrid la Fundación para la Ecología y la Protección del Medio Ambiente (Fepme en sus siglas) con un Patronato presidido por Justino de Azcárate e integrado por personalidades como José Luís Álvarez, Eduardo García de Enterría, Gregorio Marañón Beltrán de Lis, Javier Solana o Ramón Tamames. Su primer acto, en marzo, versó sobre la estrategia en la conservación de la Naturaleza y los parques nacionales para los años ochenta, una temática entonces poco explorada; hoy es un asunto de actualidad permanente.
El encargado de dirigir Fepme a diario –así fue hasta su desaparición en 2008– era Julio Martín Casas. De él se puede decir que ha sido uno de los precursores del ecologismo realista en España: a lo largo de 28 años, desde la atalaya de Fepme, batalló incansablemente para concienciar a la opinión pública española acerca de los desafíos planteados por el paradigma ecológico, ya fuera a través de coloquios, colaboraciones con las distintas Administraciones Públicas, instituciones académicas o entidades del sector privado.
Martín Casas centró de modo especial su labor en dos vertientes. La primera era la recuperación y posterior conservación de las vías pecuarias de España, problemática sobre la que escribió el ensayo de referencia Las vías pecuarias del Reino de España, un patrimonio natural y cultural europeo. Preocuparse por este tipo de caminos implica obligatoriamente evocar a las Cañadas Reales, una auténtica obsesión, en el mejor de los sentidos, para Martín Casas.
En 2003, por ejemplo, con motivo de una exposición organizada por la Diputación de Segovia, alertó de que, pese a los avances, persistían dificultades «para los pastores supone hacer esos recorridos, debido a las infraestructuras públicas de toda índole que han sacrificado mucho de este patrimonio». La segunda vertiente en la que las aportaciones de Martín Casas resultan perceptibles tienen que ver con las Casas de Oficio y las Escuelas Taller, tan importantes para la formación profesional relacionada con el Patrimonio histórico y natural.
Décadas de compromiso ecológico y cultural por parte de Martín Casas que fueron plasmadas en dos nombramientos, por parte de gobiernos de distinto signo, como miembro del Consejo Asesor de Medio Ambiente, y también de numerosos reconocimientos: el último tuvo lugar el pasado mes de septiembre cuando le fue otorgada la Distinción Fernando González Bernáldez a cargo de la fundación homónima. Martín Casas era también un hombre de convicciones progresistas, pero desprovistas de tintes sectarios. Las plasmó en El exilio español 1936-1978, libro que escribió con Pedro Carvajal Urquijo. Una obra documentada que se puede apreciar y criticar.