Las caras de la noticia (04/02/2022)
La diputada del PP tuvo que soportar ayer la acusación de su rival socialista, Laura Berja, de que el PP y Vox están en el «bando incorrecto, el de los acosadores» por apoyar el derecho a la libertad de expresión en defensa de la vida. La popular pidió el amparo de la Presidencia de la Cámara, ocupada en ese momento por Alfonso Gómez de Celis. Con el sectarismo habitual, Gómez llamó al orden a la diputada que pedía su apoyo en lugar de a quien claramente se excedió en sus palabras.
La presidenta del Congreso de los Diputados hizo ayer lo peor que se puede hacer en democracia: falsear el resultado de una votación. Advertida de que el voto telemático de un diputado del PP no reflejaba el que éste había emitido, se negó a enmendar a la máquina y a reconocer la legítima voluntad del representante de la soberanía nacional. Estas prácticas sólo se dan en las dictaduras.
El sectarismo de la ministra de Economía puede llevarla a proclamar directamente tonterías monumentales. La vicepresidenta primera del Gobierno dijo ayer que no volverá a aparecer en una foto o en un debate donde sea la única mujer. Grande. Así que si le convocan –un suponer– a una reunión con su colega francés, Pierre Moscovici, el ministro italiano de Economía, Daniele Franco, y su par alemán, Robert Habeck, cabe imaginar que, según lo que ella misma ha declarado, se niegue a hacerse una foto con ellos por falta de mujeres.
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