El alcalde socialista de Soria, Carlos Martínez, se burló ayer de los sentimientos religiosos de muchos de sus conciudadanos y votantes. Tuvo la 'graciosa' idea de circular por las calles de un pueblo cercano a la capital provincial, Tardelcuende, que celebra sus fiestas, sobre el capó de un viejo Seat 127 tuneado a modo de 'papamóvil', y con una bandera del Vaticano, aspergiendo a los vecinos y repartiendo sus bendiciones, entre las risas y chanzas de algunos de los allí congregados. Viene este comentario negativo a colación no solo por su falta de respeto hacia la religión mayoritaria de los españoles, ni tampoco por su mal gusto o su búsqueda de la risa fácil y tonta. Viene a colación sobre todo por su cobardía. ¿Por qué no se atreve Carlos Soria a ir a Teherán y hacer este mismo tipo de bromas a cuenta del ayatolá Jaménei? ¿O por qué no va a Palestina o, más cerca, a un barrio popular de Marsella, o incluso a algún vecindario español a hacer lo propio con una imagen de Mahoma? Simplemente por cobardía.
María Pérez y Álvaro Martín han hecho sonar el himno de España muy cerca de la Torre Eiffel. Se traen a casa el oro olímpico en la maratón de marcha por relevos mixtos, la primera que se celebra en unos Juegos Olímpicos. Ya había ganado él un bronce y ella una plata en los 20 kilómetros marcha el pasado 7 de agosto. Aquel día, en el mismo escenario de París, después de saludar a la Reina Letizia, hablaron ante las cámaras de Televisión Española y dieron muestras de qué pasta están hechos esos dos jóvenes españoles: luchadores, humildes, esforzados y competitivos. Un gran ejemplo para todos.
El transporte público en España sufrió el pasado miércoles otra jornada de caos, pero Óscar Puente no dio la cara y dedicó el día a jugar al golf con José Luis Escrivá. Hacienda investiga al hermano de Pedro Sánchez, pero Marisu Montero no tiene nada que decir, ni aparece. El prófugo Puigdemont amenaza con hacer acto de presencia hoy en el debate de investidura de Salvador Illa y Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior responsable de la detención del expresidente de la Generalitat que se fugó en el maletero de un coche, hace mutis por el foro. Los medios afines al Gobierno hicieron referencia ayer a Grande-Marlaska solo para anunciar que Interior estudia impugnar el convenio entre un sindicato de Policía y la organización Desokupa para formar en defensa personal a 30.000 agentes. Eso parece más importante que detener a quien ha dado un golpe de Estado contra España.
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