Ni caso Koldo, ni caso Ábalos, ni caso Cerdán. Lo que pudimos ver y padecer ayer es el caso Sánchez. ¿Puede algún español de bien creerse que Pedro Sánchez no sabía absolutamente nada de lo que hacían sus más íntimos colaboradores en el partido y en el Gobierno? Pero más importante aún es la pregunta que ya se hacen millones de ciudadanos, entre ellos muchos diputados socialistas de Castilla-La Mancha o Andalucía, por poner solo dos ejemplos. ¿Por qué Mariano Rajoy tuvo que dejar la Moncloa por un caso de corrupción, que no es ni de lejos tan grave como lo que supimos ayer, y por qué Pedro Sánchez sigue atado a la silla como si la cosa no fuera con él? Los españoles están hartos ya de esa doble vara de medir que aplican los medios de comunicación subvencionados por el Gobierno con los escándalos de corrupción, si suceden en el PP o si son del PSOE.
María Chivite
María Chivite y las lágrimas de cocodrilo. ¿Cómo es posible que la presidenta del Gobierno navarro dijera ayer que no sabía nada de lo que hacían Santos Cerdán (muy buen amigo suyo) y Koldo después de tantos meses de revelaciones en los medios de comunicación de la corrupción socialista? La UCO asegura que ambos empezaron sus actividades delictivas cuando estaban en Navarra, pero Chivite se limita a decir entre sollozos mal disimulados que no sospechaba absolutamente nada. No basta con «revisar una decena de contratos de obras públicas» en la Comunidad Foral relacionadas con las empresas que aparecen en el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Parece que en el PSOE nadie se enteraba de nada, salvo Koldo, Ábalos y Santos Cerdán. Los únicos listos.
Alberto Núñez Feijóo
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, se dirigió ayer a los españoles desde el Congreso de los Diputados con un discurso medido, contenido pero contundente, en el que pidió la dimisión del presidente del Gobierno porque sus explicaciones sobre la trama de corrupción fueron «absolutamente insuficientes y decepcionantes». «Llegaron robando las primarias y no han parado de robar desde entonces. Si todo el entorno del presidente está corrompido, es porque el umbral ético que fijó Sánchez así lo ha permitido», aseguró. España sólo podrá dejar atrás los tristes años de Pedro Sánchez si la oposición se muestra unida y convencida sobre los objetivos a conseguir. No es hora de debates inútiles sobre moción de censura sí o no, ni de provocar bajas víctimas del fuego amigo. Es hora de dialogar, negociar y llegar a acuerdos para sacar a España de este lodazal.