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19 de abril de 2024

Lucile Randon ya era la persona y la monja más longeva de Francia y de Europa

Lucile Randon ya era la monja más longeva de Francia y de EuropaAFP

Nuevo récord

La hermana André, la monja francesa que se ha convertido en la persona más longeva del mundo

Tras la muerte a los 119 de Kane Tanaka, ha sido sustituida en el Guiness World Record por Lucile Randon, que es también la monja más anciana y la persona más mayor superviviente de la covid

Lucile Randon nació en 1904 en Francia. El pasado 11 de febrero cumplió 118 años y ahora se ha convertido en la persona más longeva del mundo según el Guiness World Record.
Tras la muerte de Kane Tanaka a los 119 años –la japonesa que ostentaba este título antes que Randon– esta monja francesa se ha aupado en la lista de récords, si bien, ya era considerada la monja más anciana del mundo y la superviviente del covid más mayor del planeta. La francesa es también la tercera persona de su país y la tercera europea que más ha vivido y que han sido registradas. Cartera de récords a la que la hermana André suma ahora el ser la mujer y persona de más edad.
Fue en 1944 cuando profesó sus votos en la congregación de las Hijas de la Caridad y tomó el nombre de hermana André. En esa época, en plena Segunda Guerra Mundial, se dedicó a cuidar niños. Sin embargo, ya antes había trabajado como profesora e institutriz.
Tras el fin del conflicto, dedicó sus años de trabajo a los huérfanos y los ancianos del Hospital de Vichy, en la región de Auvergne-Rhone-Alpes. «Se dice que el trabajo mata, pero a mi es el trabajo el que me hace vivir, pues trabajé hasta los 108 años», dijo sor André a AFP. Hasta esa edad, ayudó a cuidar a otros jubilados más jóvenes que ella con los que convivía en una residencia de la ciudad de Toulon, en la turística Costa Azul.
La hermana André en su habitación en la residencia en la que reside en la ciudad de Toulon

La hermana André en su habitación en la residencia en la que reside en la ciudad de ToulonAFP

Desde hace 12 años reside en este centro de ancianidad. En la actualidad, ha perdido mucha visión y utiliza una silla de ruedas para poder desplazarse, pero todavía gusta de mantener su mente activa. «Me levantan a las 7, me dan de desayunar y luego me dejan frente a mi escritorio donde me ocupo con pequeñas cosas», cuenta la hermana André.
Su «placer culpable» es el chocolate y todavía toma una copa de vino al día. Este dulce era también la comida favorita de Kane Tanaka, la japonesa que ostentaba el récord de ancianidad anterior a la hermana André. Curiosamente, la persona más mayor jamás registrada, Jeanne Louise Calment, también francesa que murió a los 122 años, pensaba que el chocolate y el oporto eran los secretos de su larga vida.
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