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25 de abril de 2024

El escritor británico G. K. Chesterton

El escritor británico G. K. Chesterton

Los consejos vitales de Chesterton: del 'fair play' a la alegría cristiana

El poeta Enrique García Máiquez repasa diez enseñanzas vitales que se desprenden de la vida y obra del autor de El hombre que fue jueves en el 86º aniversario de su muerte

«En estos tiempos de virulencia ideológica, corremos el peligro de pensar que basta con defender nuestras ideas, y que no hace falta hacerlo bellamente», advertía el poeta, escritor y columnista Enrique García Máiquez. Acto seguido señalaba como un maestro a G. K. Chesterton, precisamente por decir las cosas y decirlas con gracia. García Máiquez hilaba estas reflexiones durante la jornada de actualización chestertoniana organizada por el Club Chesterton de la Universidad CEU San Pablo y la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria.
Con motivo del 86º aniversario de la muerte del autor de, entre otras obras, El hombre que fue jueves o La esfera y la cruz, el club invitó al poeta gaditano a hablar sobre el legado de Chesterton. Recogió el guante en forma de decálogo, planteando diez lecciones vitales, filosóficas y teológicas que se desprenden de la vida y obra del escritor. ¿La primera? Su matrimonio con Frances Blogg, «un amor conyugal que superó pruebas enormes».
Presentado por el editor de CEU Ediciones, Pablo Velasco –convenientemente sentado en un chester–, García Máiquez celebró también la alegría y el humor del genio británico. «Es difícil transmitir la buena noticia del Evangelio si uno está triste; desde fuera piensan `¡pues tan buena no será!´», añadió el poeta, que recientemente ha publicado sus obras completas –Verbigracia, editado por Comares– y el poemario La inclinación de mi estrella (Los Papeles del Sitio).
La tercera lección es que Chesterton tenía clara la raíz profunda de su cosmovisión, y desde ella lo juzgaba todo. Esta idea matriz –cuarta lección– era un optimismo de mínimos. «Lo que dice Chesterton es que existir ya es en sí una maravilla, aunque nos pasen cosas malas, porque podríamos no existir», apuntaba García Máiquez. La quinta lección, ya apuntada, es la de decir las cosas con gracia.
El editor de CEU Ediciones, Pablo Velasco, presentó a Enrique García Máiquez desde un chester

El editor de CEU Ediciones, Pablo Velasco, presentó a Enrique García Máiquez desde un chesterGuadalupe Belmonte

Defender el pasto y el `fair play´

También celebró el poeta la defensa de la realidad, de lo obvio –trajo a colación la cita de Chesterton según la cual será necesario «desenvainar la espada para defender que el pasto es verde»–, y el ardor guerrero de su escritura. «Hoy Chesterton estaría con los de la guerra cultural, haciendo una auténtica carga de caballería», ironizó García Máiquez, aunque destacó como octava lección la «simpatía apostólica» del inglés. «Partía del fair play en el debate intelectual, que significa que cuando alguien dice la verdad, se le reconoce, sea quien sea», apuntaba.
El columnista señaló como novena lección el regreso a la tierra –una filosofía plasmada en el ideal distributista– y concluyó celebrando un «cierto conservadurismo de Chesterton», por hacer la pregunta clave cuando le hablan de progreso –¿hacia dónde?– y por «convertir el orden y la ortodoxia en una aventura». «Chesterton –cerraba García Máiquez– es un gran defensor del hombre corriente».

Se ha sacado a Dios de la ecuación para explicar el mundoMercedes Martínez, profesora de Filosofía

Filosofía y asesinatos

Antes de la intervención de García Máiquez, la jornada acogió la presentación de las conclusiones de dos tesis doctorales en torno a la figura del autor inglés. Abría fuego la profesora de Filosofía en el IES Benito Pérez Galdós Mercedes Martínez, quien abordó la filosofía de Chesterton, una filosofía que integra la teología. El propio autor lo resumía al decir que «atreverse a pensar es atreverse a ser hijo de Dios».
Martínez lamentó que hoy «se ha sacado a Dios de la ecuación para explicar el mundo», y consideró que es necesario recuperar el pensamiento del británico frente al colapso «moral, económico y político» de la sociedad. La profesora destacó la admiración de Chesterton por la humildad del pensamiento medieval y su rechazo a la soberbia de la modernidad. «Para él, toda la modernidad es una herejía, una en la que los herejes se enorgullecen de estar en el error», apuntaba Martínez.
La ponente celebró que la de Chesterton fue una filosofía «crítica y viva», que se desarrolló en discusión con sus contemporáneos. El suyo –añadía– fue un pensamiento basado en la idea de que la razón debe adaptarse a la realidad y estar abierta a la dimensión sobrenatural. Martínez también abordó la importancia de la familia como centro, no solo de la antropología, sino del planteamiento económico distributista de Chesterton.
La segunda ponencia de este bloque corrió a cargo de Mónica del Álamo, profesora de Secundaria de Lengua y Literatura, quien realizó un análisis retórico y poético de los relatos detectivescos del padre Brown. Del Álamo insistió en el respeto que Chesterton tenía en sus historias policíacas por el fair play con el lector, siempre con el objetivo de llevarlo a la luz y abriendo la posibilidad de crecer en humildad.
En este sentido, el británico escribía que «el relato de detectives se distingue del resto de relatos en que el lector solo está satisfecho si se siente un tonto». Del Álamo puso en valor la confianza en la razón que muestra el padre Brown y la importancia que concede a los criminales: «No es un desprecio a las víctimas –apuntaba la profesora–, sino un interés por salvar lo que aún puede ser salvado».
El bloque estuvo presentado por el director gerente de la Fundación Cultural Ángel Herrera Oria, Fernando Lostao, y por la profesora de Literatura Mª Isabel Abradelo, uno de los motores del Club Chesterton, quien anunció la intención de repetir este modelo de evento cada año, alrededor de la fecha de fallecimiento del inglés.
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