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Monseñor Stanisław Gądecki y Rafał Betlejewski

La Iglesia polaca se rebela contra la propuesta de prohibir la confesión a los menores de 16 años

Se trataría de un «completo disparate» fruto de «viejas ideas comunistas» de «lo que vivimos durante el estalinismo»

El último cambio de Gobierno en Polonia supuso un revés para los católicos del país, donde los partidos de izquierda y extrema izquierda «compiten» en sus propuestas dirigidas a socavar el influjo de la Iglesia en la sociedad. La postrera de ellas la ha presentado hace unos días en el Parlamento Rafał Betlejewski, un conocido activista social, para quien «la confesión es una experiencia de humillación y miedo, un acontecimiento traumático, desagradable, que los niños no quieren y en el que no pueden defenderse», y por ello ha pedido su prohibición hasta que el menor cumpla los 16 años de edad, según recoge la agencia polaca PAP.

La particular visión de Betlejewski sobre el sacramento ha servido para que el arzobispo de Poznań y expresidente de la Conferencia Episcopal Polaca, monseñor Stanisław Gądecki, califique la propuesta de «completo disparate». «Es incluso difícil comprender que, en la cultura cristiana, donde la confesión existe desde hace casi dos mil años, de repente aparezca una persona que exige que se prohíba la confesión de los niños», añadió.

Según el prelado, la idea presentada en el Parlamento es «una repetición de lo que vivimos durante el estalinismo», etapa que le tocó padecer a monseñor Gądecki. «En aquella época, también se decía que los niños no debían ser bautizados ni ir a la iglesia hasta los 18 años. Sólo más tarde podrían venir y confesarse... por supuesto, aquellos que puedan resistir la presión anticlerical. Son viejas ideas comunistas respaldadas por una psicología cuestionable», ha agregado el obispo polaco.

El titular de Poznań añadió una apostilla de carácter más pastoral, al explicar que «permitir que los niños se confiesen es importante porque un niño debe formarse no a partir de los 18 años, sino desde el momento de su nacimiento». «Todos los sacramentos forman a una persona lentamente, 'capa por capa', año tras año. No le puedes decir a un niño: 'Empezarás a aprender cuando cumpla 18 años'», enfatizó el prelado.

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