El arzobispo de Oviedo, en el centro de la imagen, durante la conferencia
Monseñor Sanz sitúa la «batalla demográfica y la expansión islámica» como «desafíos contemporáneos»
El arzobispo de Oviedo denuncia las corrientes ideológicas que desafían la cosmovisión cristiana «tratando de confundirla, banalizarla o sustituirla»
Existe una serie de «desafíos contemporáneos» frente a la cultura cristiana como la «batalla demográfica y la expansión islámica», el «proceso secularizador de la sociedad» o «el Nuevo Orden Mundial», en el que las corrientes ideológicas desafían la cosmovisión cristiana «tratando de confundirla, banalizarla o sustituirla». Así lo expuso el pasado viernes, 3 de octubre, el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz, durante una conferencia organizada por la fundación Foro Jovellanos en la parroquia de San Pedro de Gijón.
«Europa que se ha transformado, en no pocos sentidos, en neopagana precisamente traicionando con indiferencia olvidadiza o beligerancia hostilizada el legado cultural que ha forjado a través de veinte siglos el rostro de este continente occidental que tanto ha contribuido con sus luces y sombras al alumbramiento de Europa», afirmó monseñor Sanz en su conferencia, que llevaba por título «La cultura cristiana, entre el olvido perezoso y la hostilidad censurada».
El arzobispo de Oviedo citó a la familia como «un objetivo claro para desmontar y debilitar la entera sociedad», al «ningunearla», o «llamando familia a todo un elenco de convivencias dispares y extrañas». Así, hace que se consiga «vulnerar una sociedad haciéndola débil y manipulable», agregó. La ideología de género –un «intento sofisticado por dominar el mundo»– y las leyes del aborto o de la eutanasia destacan entre sus principales amenazas.
El prelado apostó por la «propuesta cultural cristiana», recordando el nacimiento de una cultura propia desde la antropología cristiana que brota de ella; recogiendo el papel de maestros de la tradición como San Benito, San Francisco o San Ignacio; mostrando la importancia de la expresión artística y la literatura en la historia de Europa desde sus raíces cristianas y recordando también la importancia del «rostro de la misericordia como pedagogía en un mundo violento».