El comunicado de los Religiosos de Haití denuncia la violencia que no cesa en el país caribeño.
La Conferencia de Religiosos de Haití denuncia el saqueo y el vandalismo que azota al país
Así lo ha relatado en una nota publicada, tras los actos violentos de los últimos días
La Conferencia de Religiosos de Haití (CRH) ha hecho pública una nota tras los actos violentos de los últimos días, sucedidos en las diócesis de Cayes, Gonaïves y Fort-Liberté, en Ouanaminthe. Distintos grupos han atacado a Cáritas, los locales de la comunidad de San José de la Aparición en Pravil, la escuela y el centro textil que dirigen las religiosas.
«Una vez más, la CDH condena con todas sus fuerzas estos actos de violencia sin precedentes y aleatorios, vengan de donde vengan, y exige que las autoridades estatales asuman sus responsabilidades y hagan todo lo posible para proteger vidas y bienes«.
Una petición que ya habían formulado los Obispos de Haití en las últimas semanas:
Nuestro pueblo clama por el derecho a vivir con dignidad. Su legítimo clamor debe ser escuchado. Es un momento grave, estamos en medio de una catástrofe humanitaria
«Seguiremos trabajando incansablemente a su lado contra la miseria, la ignorancia, la inseguridad, la violencia absurda y a favor de la justicia social y el desarrollo integral», reza el comunicado de la Conferencia de religiosos, que están en el país caribeño con los más diversos carismas y reafirmados en seguir trabajando «a favor de los más pobres, de los niños, de los jóvenes, de los enfermos, de los refugiados, de los emigrantes, de los repatriados, de los abandonados, en fin, de las personas en situación de gran vulnerabilidad, para que venga su reino, según la misión que hemos recibido del Señor». Y continúa:
«Nuestro pueblo clama por el derecho a vivir con dignidad. Su legítimo clamor debe ser escuchado. Es un momento grave, estamos en medio de una catástrofe humanitaria. Hay que hacer algo, y cuanto antes. El pueblo está cansado de contar sus muertos y ya no puede permitirse vivir con dignidad».
Fortalecidos por la esperanza del anuncio, el comunicado invita a rezar por Haití para resolver la crisis, «una hora de adoración ante el Santísimo Sacramento cada día en comunidad para rezar y suplicar al Señor que venga en ayuda de su pueblo en apuros». Mientras tanto, siguen las violentas manifestaciones que pedían la dimisión del Primer Ministro Ariel Henry, la subida del precio del combustible y el problema de la distribución de agua potable en todo el país.
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