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23 de abril de 2024

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Según Agustín Domingo Moratalla, el cuidado es el imperativo que define la responsabilidad en la era de la ciencia y la técnica.

Las XVII Jornadas de Familia y Cuidados Paliativos reivindican «las entrañas solidarias» con el enfermo

El catedrático de la Universidad de Valencia, Agustín Domingo Moratalla, ha reivindicado el cuidado y las «entrañas solidarias» frente a la digitalización de la «era Steve Jobs»

«Cuidar ya no es algo que hagan solo las abuelas o las madres», ha advertido el catedrático de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valencia, Agustín Domingo, al inaugurar las XVII Jornadas de Familia y Cuidados Paliativos organizadas por el Centro de Humanización de la Salud y el Centro Asistencial San Camilo.
«El cuidado –ha insistido Domingo– es el imperativo que define la responsabilidad en la era de la ciencia y la técnica, es lo que va a definir si una sociedad es justa o no».
El también vicepresidente del comité de ética del Hospital Clínico de Valencia abría así un evento de dos días en los que se han abordado temas como la soledad en las residencias, la sedación paliativa o el sacramento de la unción de enfermos. En su intervención, Domingo ha dado un paso atrás, planteando la necesidad de construir una ética del cuidado que pueda hacer frente a los desafíos que trae la digitalización y el «universo Steve Jobs».

«Embrutecimiento mecánico»

«Estamos llenos de cachivaches, inmersos en un embrutecimiento mecánico que nos abre al mundo de lo irreal, a la alienación y la distracción», ha lamentado Domingo, citando ejemplos como el énfasis que se pone en el metaverso o la sustitución de las personas por robots como Noa o Alexa en bancos u hospitales. También lamenta la aceleración tecnológica que identifica «viejo» con «inútil», y desdeña el valor de la experiencia.

«La espiritualidad -dijo- no es una guinda dentro de la tarta de servicios sociales; es algo estructural que forma parte de las fuentes de nuestro cuidado generativo»Agustín Domingo Moratalla

Frente a esta situación, ha señalado que todo lo relacionado con el cuidado supone «abrir un horizonte, una alternativa», e insistió en que «sin alma no hay cuidado», y que la relación humana es fundamental: «El instrumento médico más importante es la silla», sonrió. En esta línea, ha citado al filósofo Emmanuel Lévinas y ha señalado que «necesitamos un nuevo humanismo, el humanismo del cuidado integral, ese que pone al tú en primer lugar».
También ha citado al Papa Francisco y su encíclica Fratelli Tutti para señalar que en la base de la ética del cuidado está la pregunta fundamental de la tradición judeocristiana: «¿Y dónde está tu hermano?». El autor de libros como Homo Curans. El coraje de cuidar ha invitado a los presentes, profesionales de los cuidados paliativos, a no cuidar «de manera improvisada», sino a ser «excelentes», dejándose espacios también para cuidarse a sí mismos.
'Homo Curans'. El coraje de cuidar, de Ediciones Encuentro

'Homo Curans'. El coraje de cuidar, de Ediciones Encuentro

Redescubrir el alma

Domingo también ha considerado que el avance de la técnica y la digitalización deja un campo inexplorado: la interioridad, el alma. «Necesitamos descubrir eso que tenemos dentro cuando cerramos los ojos», remarcando que esto no significa caer en el ensimismamiento, sino discernir para luego actuar: «La interioridad nos lleva a pisar tierra, a tocar carne, a tener ampollas».
«Para trabajar por el cuidado, hemos de empezar a trabajar por unas entrañas solidarias; ir del entretenimiento al intra-tenimiento», elaboró. La intervención ha finalizado con a defensa de la atención espiritual en el cuidado. «La espiritualidad -dijo- no es una guinda dentro de la tarta de servicios sociales; es algo estructural que forma parte de las fuentes de nuestro cuidado generativo».
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