La Conferencia Episcopal de Perú ha acusado a Pedro Castillo de perpetrar un «golpe de Estado»; una decisión «inconstitucional» de disolver el Congreso, y ha llamado a la «unidad nacional» y a «mantener la tranquilidad» frente a «cualquier forma de violencia».
En su comunicado, los obispos rechazan «de manera enérgica y absoluta» lo que consideran «una ruptura del orden constitucional» y recuerdan que «es derecho y deber moral de los pueblos y de los ciudadanos la defensa de la democracia», han señalado.
«Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asumen funciones públicas en violación de la Constitución y de las leyes», aludiendo a la Carta Magna, e instan a las «instituciones tutelares de la patria» a «asumir con plenitud sus funciones constitucionales para proteger y salvaguardar la democracia garantizando, preservando y restableciendo el orden público y constitucional».
En este sentido, el presidente de la Conferencia, Miguel Cabrejos Vidarte, ha reconocido «el momento difícil que vive el país», y ha insistido en el «rechazo de la decisión ilegal» del golpista Pedro Castillo.
Pedro Castillo disolvió este miércoles el Congreso y anunció elecciones, decisión que no ha sido secundada por las Fuerzas Armadas.
El mandatario ha sido detenido por delito de sedición tras abandonar el Palacio de Gobierno con su familia y ha sido trasladado a la prisión de Barbadillo, en la que sigue preso hasta la fecha, el expresidente peruano Alberto Fujimori.
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