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24 de abril de 2024

El Padre James

El Padre James soñó el santuario dedicado a la Virgen Maríavelangkanni.com/

El milagro de la Virgen en Sumatra que el Padre James vio mientras dormía

«El santuario es un lugar donde se encuentran el cielo y la tierra, donde lo divino y lo humano se abrazan, donde Dios se encuentra con su pueblo, independientemente de su etnia, credo o lengua»

En la isla indonesia de Sumatra, donde viven diferentes grupos étnicos y está difundida una versión más bien tradicional del Islam, reside un misionero que se ha convertido en una figura conocida y apreciada en Medan, capital de la provincia de Sumatra del Norte. Se trata del jesuita indio Padre James Bharataputra, que ha construido en Medan el Santuario Mariano de Graha Maria Annai Velangkanni.
El padre James, de 84 años y natural de la región india de Tamil Nadu, lleva 50 años de misión en Medan (Indonesia). Aunque es sacerdote jesuita indio fue nacionalizado indonesio en 1989. Tras escuchar y aceptar la vocación de Dios, ingresó en la provincia jesuita india de Madurai, cultivando en su corazón el sueño de ser misionero. Tras una escala en Hong Kong, fue enviado a Yogyakarta (Indonesia) para completar sus estudios teológicos. Ordenado sacerdote en 1970, tuvo la oportunidad de visitar Medan y el entonces arzobispo de Medan, el obispo capuchino Van den Hurk OFM Cap, le pidió que siguiera pastoralmente a un pequeño grupo católico local de habla tamil.

Me ha maravillado el modo en que la Providencia amorosa de Dios me ha conducidoJames Bharataputra

“Así que en 1972 empecé el trabajo pastoral en Medan que aún continúo hoy en día«, dice el padre James. Durante sus 50 años en Sumatra, también estuvo en la provincia de Aceh, en el extremo norte de la isla (entonces parte de la archidiócesis de Medan), pero tuvo que abandonarla a causa de una serie de actos violentos que sacudieron la única provincia indonesia que ha adoptado partes de la sharia, la ley islámica.
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velankanni.com

En la Iglesia indonesia, el padre James es conocido como fundador del santuario mariano Graha Maria Annai Velangkanni de Medan. «Me ha maravillado el modo en que la Providencia amorosa de Dios me ha conducido a esta tierra de misión. Y me asombra la gran confianza que mis superiores jesuitas han tenido en mí. Me han permitido trabajar al servicio de la Iglesia local, la archidiócesis de Medan», afirma.

La aparición, en el siglo XVI

La palabra Annai Velangkanni proviene del idioma tamil donde Annai significa «Madre» y Velangkanni es el nombre de un pueblo donde se apareció Nuestra Señora. Se cree que el pueblo de Velankanni, ubicado en la costa de la región de Tamil Nadu en el sur de la India (el colonial inglés lo pronunció Vailankanni ), es el lugar donde se apareció la Virgen María en el siglo XVI. La Señora de la Buena Salud es conocida como Madre Velangkanni, Madre del Sanador de los Enfermos.
El santuario fue la culminación de un viaje: al ver que la población local de Medan carecía de una educación adecuada, el sacerdote inició un proyecto educativo, construyendo una escuela primaria, llamada Karya Dharma («Obras de caridad»), para ofrecer una oportunidad de crecimiento a los niños de familias económicamente desfavorecidas. «La gente apreció la iniciativa y se mostró muy cooperadora», comenta.

La generosidad de miles de devotos fue impresionanteJames Bharataputra

También hubo obstáculos en la misión: un proyecto iniciado para permitir el desarrollo y el sustento de una comunidad tamil, que seguía viviendo de la caridad de los misioneros holandeses, encontró la hostilidad de la comunidad local. Esto le causó un profundo sufrimiento interior: «Mi propia vocación y mi vida misionera se vieron amenazadas. Pero el Señor me rescató», recuerda.
El milagro se produjo gracias a la Madre de Dios: «Recibí la inspiración de difundir la devoción a María aquí, tal y como se ha presentado en Vailankanni, en Tamil Nadu, durante más de tres siglos, atrayendo a personas de todas las clases sociales y ayudándolas a conocer a su hijo Jesús».
«Pensé –añade el padre James– que todo santuario atrae a peregrinos de todas las clases sociales y ayuda a encontrarse con Dios. Al mismo tiempo, recuerda a los peregrinos que todos son hijos de un mismo Dios. Les enseña a respetarse y amarse como hermanos y hermanas porque todos son hijos del mismo Padre que está en los cielos». La Palabra de Dios que resonaba en su corazón era el Salmo 133: «Qué bueno es vivir como hermanos y hermanas en la casa del Señor en la tierra».

El encuentro del cielo y la tierra

Con este sueño en el corazón, el misionero inició el proyecto, compartido por la archidiócesis, de construir un santuario mariano. «La generosidad de miles de devotos fue impresionante. Al final, en los cinco años que se tardó en construir (2000-2005), el santuario costó más de cuatro mil millones de rupias (unos 500.000 dólares)».

El santuario es un lugar donde se encuentran el cielo y la tierraIgnatius Jesudasan

El antiguo arzobispo de Medan, Alfredo Gonti Pius Batubara OFMCap, reconoce que «el padre James ha entregado su vida y su energía espiritual y de acción a nuestra Archidiócesis. Le estamos agradecidos por la creación del Centro de Peregrinación conocido como Santuario Mariano de Graha Maria Annai Velangkanni en Medan».
Su colega jesuita, el padre Ignatius Jesudasan, intelectual y escritor, escribe: «El santuario mariano es la coronación de la experiencia misionera del padre James en Indonesia. El diseño arquitectónico refleja la contemplación de San Ignacio en sus Ejercicios Espirituales sobre el misterio de la Encarnación. Aquí está representado artísticamente, como en las catedrales medievales, mediante pinturas y estatuas. De estilo arquitectónico indo-sarraceno, el santuario combina la utilidad pastoral, como salón comunitario, en la planta sótano; el culto y la adoración en la planta intermedia; y la contemplación artística de los misterios histórico-religiosos en la planta superior.
Dado que el santuario atrae a peregrinos de todos los credos, la obra contribuye a la diversidad religioso-cultural y al turismo de Indonesia. Este lugar se ha convertido en una bendición para muchas personas». Y el jesuita indonesio P. Sindhunata escribe: «El santuario es un lugar donde se encuentran el cielo y la tierra, donde lo divino y lo humano se abrazan, donde Dios se encuentra con su pueblo, independientemente de su etnia, credo o lengua».
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