
Los 37 fieles que recibieron la confirmación el pasado sábado
37 adultos reciben la Confirmación en la catedral de El Burgo de Osma
En su homilía, monseñor Martínez Varea recordó que recibir el Espíritu Santo «es como acoger la misma vida de Dios que viene a nosotros», destacando así el profundo sentido de este sacramento
Un total de 37 adultos recibieron el pasado sábado, 7 de junio, el sacramento de la Confirmación en la catedral de El Burgo de Osma, en el marco de la Vigilia de Pentecostés celebrada por la diócesis de Osma-Soria. Además, cuatro de ellos fueron también bautizados y recibieron por primera vez la Sagrada Comunión, inaugurando así su camino de fe.
La solemne eucaristía fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Abilio Martínez Varea, y concelebrada por varios sacerdotes. Acompañados por familiares, padrinos y un nutrido grupo de fieles, los confirmandos —procedentes de parroquias de Soria capital, Medinaceli, Almazán, San Leonardo de Yagüe, San Esteban de Gormaz y El Burgo de Osma— culminaron un tiempo de preparación que se ha desarrollado en sus respectivas comunidades.

Acompañados por familiares, los confirmandos culminaron un tiempo de preparación para recibir este sacramento
En su homilía, monseñor Martínez Varea recordó que recibir el Espíritu Santo «es como acoger la misma vida de Dios que viene a nosotros», destacando así el profundo sentido de este sacramento. Asimismo, el prelado hizo referencia a la jornada que la Iglesia celebró el 8 de junio, el Día del Apostolado Seglar, bajo el lema «Testigos de la Esperanza en el Mundo», animando a todos a dar testimonio de su fe en la vida cotidiana.
La ceremonia contó con la participación del Orfeón Hilarión Eslava, que acompañó musicalmente la liturgia, y con la presencia de miembros del grupo diocesano de Laicos, que habían vivido una jornada de convivencia y peregrinación como preparación espiritual para este gran día.
El ambiente festivo y de comunidad fue la tónica de una celebración que, como subrayó el obispo al finalizar la misa, constituye «una gran fiesta para toda la Iglesia diocesana», y evidencia el creciente deseo de muchos adultos de renovar y consolidar su compromiso con la fe cristiana.