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28 de marzo de 2024

Los cuarenta mártires de Sebaste

Los cuarenta mártires de Sebaste

¿Qué santo celebramos hoy, viernes 10 de marzo?

Hoy celebramos a memoria de los 40 mártires de Sebaste (320 d. C.)

La Legión XII Fulminata se hizo célebre entre los cristianos del siglo IV por el martirio de 40 de sus soldados. Junto a la Legión XV Apollinaris tenía a su cargo la defensa de Asia Menor.
En el año 312, Constantino y Licinio publicaron un edicto favorable a los cristianos. Majencio había sido derrotado el 28 de abril de ese año junto al puente Milvio y quedaba Constantino como único emperador de Occidente. En Oriente, vencido Maximiano Daia, es Licinio el único dueño. Constantino y Licinio son emperadores asociados. Por ese momento hay abundantes cristianos enrolados en las filas del ejército por la tranquilidad que por años los fieles cristianos van disfrutando al amparo del edicto imperial. En lenguaje de Eusebio, el ambicioso Licinio «se quita la máscara» e inicia en Oriente una cruenta persecución contra los cristianos.
La verdad histórica del martirio, con sus detalles más nimios, no llega uniformemente a nuestros tiempos. La predicación viva de su entrega hasta la muerte –propuesta una y otra vez como paradigmática a los fieles– está necesariamente adaptada a la necesidad interior de los diferentes auditorios; probablemente, ahí radique la diferencia de las memorias.
San Gregorio de Nisa, apologista acérrimo de los soldados mártires, sitúa el lugar del martirio en Armenia, cerca de la actual Sivas, en la ciudad de Sebaste. Fue en el año 320 y en un estanque helado. (San Efrén, al comentarlo, debió de imaginarlo tan grande que lo llamó «lago»). Dice que de la XII Fulminata, cuarenta hombres aguerridos prefirieron la muerte gélida a renunciar a su fe cristiana. Sobre el hielo y hundiéndose en el rigor del agua fría, los soldados, con sus miembros yertos, se animan mutuamente orando: «Cuarenta, Señor, bajamos al estadio; haz que los cuarenta seamos coronados». Quieren ser fieles hasta la muerte... pero uno de ellos flaquea y se escapa; el encargado de su custodia –dice el relato–, asombrado por la entereza de los que mueren y aborreciendo la cobardía del que huye, entra en el frío congelador y completa el número de los que, enteros, mantienen su ideal con perseverancia. Los sepultaron, también juntos, en el Ponto, dato difícil de interpretar por ser armenios los mártires.
Pronto comenzó el culto a los soldados y se propagó por Constantinopla, Palestina –donde santa Melania la Joven construyó un monasterio poniéndolo bajo su protección–, Roma y de allí a toda la cristiandad. La antigüedad cristiana vibraba con la celebración del heroísmo de sus soldados, admiró la valentía, la constancia, la renuncia a una vida larga y privilegiada. Deseaban las iglesias particulares conseguir alguna de sus reliquias tanto que san Gaudencio afirma que se valoraban más que el oro y san Gregorio Niseno las apreciaba hasta el punto de colocarlas junto a los cuerpos de sus padres para que, en la resurrección, lo hicieran junto a sus valientes intercesores.

Otros santos de hoy

Macario, Silvestre, obispos; Atalo, Emiliano, abades; Droctoveo, confesor; María Eugenia Milleret de Brou, fundadora HH. de la Asunción; Anastasia, virgen; Andrés, abad (beato); Juan Sarcander, presbítero y mártir (beato).

Pasos para la canonización


El acto de canonización suele ser por lo general presidido por el Papa, y es una de las ceremonias más importantes de la Iglesia católica. El proceso de canonización se produce tras la muerte del santo y normalmente la petición viene precedida por las siguientes etapas:
Postulación: es el proceso por el cual se presenta y se da a conocer la intención de proponer a una persona como santo. Este proceso requiere de datos biográficos y testimonios.
  • Siervo de Dios: iniciación del postulado dentro de proceso de beatificación y declaración como persona vinculada a la Iglesia católica.
  • Venerable: equivale a persona digna de estima y de honor. Asociado a una vida ejemplar y previo a la beatificación.
  • Beatificación: si se prueba la existencia de un milagro relacionado con el venerable se procede a la beatificación.
  • Canonización: si al beato puede atribuirse un segundo (o más) milagros se procede a canonizarle.
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