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Audiencia General
Francisco: «Evangelizar es siempre un servicio eclesial, nunca aislado o individualista»
Durante la catequesis que ha impartido este miércoles, el Santo Padre ha recordado que «en la evangelización, hay como un puente entre el primer y el último Concilio cuyo arquitecto es el Espíritu Santo»
El Papa Francisco ha animado a los fieles para que la Cuaresma sea un tiempo que sirva para revitalizar el dinamismo misionero y ponerse al servicio del Evangelio y de la humanidad. Durante la catequesis que ha impartido este miércoles en la audiencia general, el Santo Padre ha recordado que “en el signo de la evangelización, hay como un puente entre el primer y el último Concilio. Un puente, añade, «cuyo arquitecto es el Espíritu Santo».
Por ello, el Pontífice argentino ha invitado «a la escucha del Concilio Vaticano II, para descubrir que evangelizar es siempre un servicio eclesial, nunca aislado o individualista» y «sin hacer proselitismo».
Para Francisco, evangelizar en solitario, nos puede llevar a seguir «caminos pseudo–eclesiales más fáciles», de adoptar «la lógica mundana de los números y las encuestas, de contar con la fuerza de nuestras ideas, programas, estructuras».
“Nos situamos más directamente en la escuela del Concilio Vaticano II, releyendo algunos números del Decreto Ad gentes, el documento sobre la actividad misionera de la Iglesia. Estos textos conservan plenamente su valor incluso en nuestro contexto complejo y plural. En primer lugar, este documento Ad gentes invita a volver a la fuente, el amor de Dios Padre, que «con su inmensa y misericordiosa benevolencia liberadora nos crea y, además, con la gracia nos llama a participar de su vida y de su gloria», ha señalado.
El obispo de Roma ha continuado refiriéndose a las enseñanzas del Concilio Vaticano II, afirmando que «es tarea de la Iglesia continuar la misión de Cristo» siguiendo «el camino de la pobreza, de la obediencia, del servicio y de la abnegación hasta la muerte».
No encerrarse
Si permanece fiel a este camino, asegura Francisco, «la misión de la Iglesia es la manifestación, es decir, la epifanía y la realización, del designio divino en el mundo y en la historia». En el pueblo de Dios peregrino y evangelizador no hay sujetos activos y pasivos. No hay quien predica y quien calla”, ha manifestado.
Asimismo, el Papa Francisco ha aseverado que la evangelización es un servicio, para el que es necesario tener «corazón de servidor». A su vez, que «volver al amor fuente del Padre y a las misiones del Hijo y del Espíritu Santo «no significa encerrarse en espacios de estática tranquilidad personal». Al contrario, lleva a reconocer «la gratuidad del don de la plenitud de la vida». Y a vivir cada vez más plenamente «lo que se ha recibido y compartirlo con los demás, con sentido de responsabilidad y recorriendo juntos los caminos, incluso los tortuosos y difíciles de la historia, en espera vigilante y activa de su cumplimiento», ha concluido el santo padre.
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