Mujer en una consulta ginecológica

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Nuevo hallazgo sobre el cáncer de ovario: un líquido graso contribuye a su inmunodeficiencia

Este trabajo aporta una pieza crucial al rompecabezas de por qué este tumor es tan agresivo y tiene tan mal pronóstico

Hay muchas funciones del cuerpo humano que desconocemos. Sin embargo, gracias a los minuciosos estudios, se logra dar con su funcionalidad. Una de ellas, la de un líquido rico en lípidos del abdomen, conocido como ascitis, se ha descubierto que desempeña un papel fundamental en el debilitamiento de la respuesta inmunitaria en el cáncer de ovario avanzado.

Esta investigación, dirigida por científicos del Trinity College Dublin y del University College Dublin (Irlanda) y publicada en la revista científica Science Immunology, ofrece nuevos conocimientos sobre la inmunosupresión en el cáncer de ovario y abren nuevas vías para futuros enfoques de inmunoterapia.

En España, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), alrededor de 3.748 mujeres serán diagnosticadas con este tumor, y muchas de ellas perderán la vida, ya que se trata de una de las masas malignas más agresivas. De hecho, más del 70 % de las pacientes con cáncer de ovario se diagnostican en una etapa avanzada, presentando a menudo grandes cantidades de ascitis.

Así, según la investigación, este líquido ascítico no solo favorece la propagación del cáncer por la cavidad abdominal, sino que también debilita significativamente las defensas inmunitarias del organismo. Comprender cómo la ascitis afecta al sistema inmunitario es fundamental para desarrollar mejores tratamientos que utilicen el sistema inmunitario para combatir el cáncer.

Cómo se realizaó la investigación

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores exploraron el comportamiento de la ascitis. Ahí vieron que este líquido alteraba la función de las células inmunes, con un enfoque particular en las células asesinas naturales (NK) y las células T –actores clave en la capacidad del cuerpo para eliminar tumores–. Al analizar el contenido del líquido ascítico de pacientes con cáncer de ovario, el equipo identificó un grupo de moléculas de grasa llamadas fosfolípidos como impulsores clave de esta disfunción inmunológica.

La doctora Karen Slattery, investigadora del Trinity Translational Medicine Institute y primera autora del artículo de investigación, ha explicado que han descubierto que estos lípidos interfieren «con el metabolismo de las células NK» y suprimen «su capacidad para destruir células cancerosas». También vieron que bloquear la captación de estos fosfolípidos por las células NK mediante un bloqueador de receptores específico puede restaurar «su actividad antitumoral, lo que ofrece una nueva y atractiva diana terapéutica».

Este trabajo aporta una pieza crucial al rompecabezas de por qué el cáncer de ovario es tan agresivo y tiene tan malos pronósticos. Si bien el sistema inmunitario está equipado de forma natural para detectar y destruir las células cancerosas, esta función está desactivada en muchas personas con cáncer de ovario, y ahora sabemos que esto se debe en parte al entorno rico en grasa creado por la ascitis.

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