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Qué es la leche de luna y por qué podría albergar nuevos antibióticos

Aún deben evaluarse otros criterios para saber si la lunaemicina algún día será utilizable

la leche de luna o moonmilk es una sustancia que se encuentra en cuevas de piedra caliza en diversas formas – pastosa, seca o líquida–. Descubierta en la cavidad Höhle Mondmilchloch en el siglo XVI, muy pronto se usó como cosmético y como remedio utilizado con fines curativos como agente antiinfeccioso.
El laboratorio del Dr. Sébastien Rigali, director de investigación de FRS-FNRS, decidió estudiar la flora microbiana de la leche de luna con el fin de encontrar una justificación para su uso en terapia humana y animal: «El primer paso fue salir al campo, a las cuevas de la meseta de Condruzian, para encontrar depósitos de leche de luna y aislar actinobacterias filamentosas, las bacterias que son campeonas en la producción de agentes antimicrobianos», afirman desde el laboratorio quien añade: «Los investigadores encontraron muchas de ellas, tanto en número como en diversidad. Están representados todos los géneros bacterianos más prolíficos en términos de producción de antimicrobianos».
Este consorcio microbiano es capaz de producir cientos de antibióticos, algunos de los cuales se usan a diario. Pero lo que probablemente sea más fascinante es que la gran mayoría de los genes de biosíntesis involucrados en la producción de compuestos bioactivos que se encuentran en estas bacterias son crípticos, es decir, no es posible asociarles una molécula conocida.
Esto significa que estas cepas constituyen un verdadero reservorio para el descubrimiento de nuevas moléculas bioactivas: «Estadísticamente, es como agacharse para recoger e identificar un nuevo agente antibiótico, antifúngico o incluso anticancerígeno» afirman.
Leche de luna

Leche de luna en las paredes de una cuevaCreative Commons

Una realidad compleja

La realidad es obviamente mucho más compleja. Estas moléculas no se prestan fácilmente al juego de su cultivo en condiciones de laboratorio. Sacados de condiciones de crecimiento extremas y oligotróficas, es difícil mantenerlos «en plena forma» una vez que salen a la superficie. Además, su desarrollo en cultivo de laboratorio no suele ser óptimo, siendo los medios generalmente utilizados demasiado ricos, y por lo tanto hasta cierto punto tóxicos, en comparación con las condiciones de su nicho original.
Es a través de colaboraciones entre los laboratorios de CIP , GIGA , el Laboratorio de Espectrometría de Masas y CIRM de la Universidad de Lieja y la empresa HEDERA-22 , un spin-off de ULiège activo en el descubrimiento y producción de biomoléculas de uso terapéutico o agro-interés industrial, que estos esfuerzos rindieron frutos y permitieron revelar un primer compuesto críptico: «Es un antibiótico llamado 'lunaemicina' y producido por una nueva bacteria Streptomyces lunaelactis, lunaemicina y lunaelactis refiriéndose al nicho ecológico del que se origina esta molécula y esta bacteria, la leche de luna. La lunaemicina tiene propiedades interesantes, en particular activa contra bacterias que son multirresistentes a los antibióticos».
Aún deben evaluarse otros criterios para saber si este nuevo antibiótico algún día será utilizable, pero la lunaemicina representa sobre todo un primer pico en la parte sumergida del iceberg denominada moonmilk, que contiene muchas moléculas aún desconocidas y que podría presentar propiedades similares.
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