Salud
Cuando Amyts, sindicato médico mayoritario en la Comunidad de Madrid, anunció una huelga indefinida por el «abuso de la temporalidad», Mónica García se frotaba las manos esperando una convocatoria similar a la de 2020, cuando esta misma federación consiguió arrancarle a Ayuso, en plena pandemia, un pacto para «sacar de las consultas» la actividad no clínica y mayores medidas retributivas.
De hecho, la candidata de Más Madrid no tardó en anunciar que ejercería su derecho a la huelga a pesar de estar a 20 días de cogerse la excedencia como anestesista en el Hospital 12 de Octubre de Madrid.
Sin embargo, la realidad es que muy pocos facultativos se han sumado a estos paros convocados por Amyts, el único sindicato que no aceptó el acuerdo ofrecido por la presidenta regional para convocar por concurso de méritos casi 10.000 plazas del Servicio Madrileño de Salud, de las que 1.600 corresponderían a los médicos.
Previamente, Madrid ya ha convocado otras 23.000 plazas, lo que aumentaría a 32.000 el número de personal fijo del Sermas, estableciendo en un 83 % el porcentaje de este tipo de contratos en el servicio madrileño.
Así, no es extraño que esta huelga no haya contado con una especial cobertura. Según los datos aportados por la Consejería de Sanidad este viernes, la huelga fue secundada por un 7,08 % de profesionales en el turno de mañana y solo un 0,95 % en el de tarde.
En su primer día, el paro de 24 horas tuvo un seguimiento del 9,77 % durante el turno de mañana y del 3,12 % de tarde. En su segunda y tercera jornada, estos porcentajes fueron del 7,94 % y 3,71 %, y 8,03 % y 3,44 % respectivamente.
Amyts, por su parte, ha asegurado que el seguimiento es del 97 % de los que «sí les dejan hacer huelga» ya que consideran «abusivos» los servicios mínimos que se establecen en el 50 % para el personal facultativo y del 100 % en unidades críticas o urgentes.
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