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29 de marzo de 2024

El 80 % de los abusos se producen en el ámbito familiar

El 80 % de los abusos se producen en el ámbito familiarUnicef

Sociedad

Una víctima de abusos: «Hay que explicar a los niños que los monstruos pueden ser iguales que nosotros»

La Fundación Vicki Bernadet presenta una campaña de sensibilización sobre el abuso infantil, que afecta a uno de cada cinco menores

‘Cartes sobre la taula’ (Cartas sobre la mesa). Así se llama la campaña que impulsa la Fundación Vicki Bernadet y que muestra el testimonio de tres víctimas de abusos sexuales: Núria, Carles y Mercè. Se trata de poner cara a las cifras de esta lacra, de concienciar a la sociedad y de evitar ver este drama desde la indiferencia. Hay que tener en cuenta que uno de cada cinco niños es víctima de abusos sexuales, y el 80 % de ellos se producen en el ámbito familiar. En la mayor parte de los casos, en nueve de cada diez, se denuncian cuando la víctima ya es adulta. En El Debate hemos hablado con una de estas víctimas, con Núria, que es además una de las protagonistas de la campaña.
–¿Por qué decidió dar el paso, denunciar y explicar su historia?
–Porque aparte de ser yo víctima de abusos, también lo ha sido mi hija. En mi caso, atreverme ha sido a través de mi hija. Digamos que fue el detonante, la explosión que me dio el cuerpo al enterarme de ello. Y decidí primero pedir ayuda psicológica, que no lo había pedido hasta entonces, y luego afrontar este asunto e intentar ayudar a otros niños para que no les pase lo mismo en el futuro.
–¿Qué consejo daría a las familias, teniendo en cuenta su experiencia?
–Que hablen mucho con los niños, desde pequeños. Comunicarse mucho con ellos, preguntarles no solo lo que han hecho en el cole, sino qué sienten, como así me dijo mi hija; si se sienten bien, si se sienten mal, si les ha pasado algo malo. En definitiva, preguntarles todo: si están tristes, si están alegres. Se trata de tener mucha comunicación con los niños, y sobre todo enseñarles también que los monstruos pueden ser iguales que nosotros. Son de la misma manera, del mismo físico, no son verdes ni son gigantes, y hablar mucho con ellos.
–Fue de adulta cuando decidió dar el paso por lo de su hija. ¿Fue porque no concebía que su padre estuviera abusando de usted?
–Yo no concebía que eso que me hacían era un abuso como tal. Yo lo concebía como un juego, luego ya me di cuenta de lo que ocurría; y ya la vergüenza, el sentirte culpable, el sentirte cómplice, el no querer que se entere nadie, que tu madre no lo sepa para que no sufra… pues al final callas, y callas, y callas.

El mejor consejo que daría a las familias sería que hablaran mucho con los niños para conocer su estado de ánimoNúria, víctima de abusos

–¿Cómo le ha afectado esto a su vida personal?
–Afecta en tus relaciones sentimentales, en cierto modo también a tus relaciones sexuales, y afecta en tu manera de ser. Yo quizás tengo una sensibilidad un poco más fuerte de lo normal.
–Y en el caso de su hija, ¿le ayudó esa mala experiencia a detectarlo antes?
–No lo detecté. Me enteré hace tres años, cuando mi hija tenía 34. Esa ha sido la espina que tengo clavada, que no lo detecté. Porque yo a ella la salvaguardaba de mi abusador, que era mi padre, su abuelo. Y nunca imaginé que me iba a encontrar con otro abusador. No puse atención en mi pareja, pensé que era imposible encontrar a otro monstruo en esta vida.
–Le resultaría muy chocante, ¿no?
–Mucho. Porque supuestamente esta persona era mi salvador, sabía lo que me había ocurrido a mí, me defendía, no sé, lo veía mal. Y, en cambio, también lo estaba haciendo él con mi hija. Pero al final yo me enteré de lo de ella y juntos decidimos dar el paso, buscar ayuda y denunciar.
–¿Y cómo se siente ahora, tras dar el paso?
–Me siento aliviada. Esto va a servir para que a otros niños no les pase. Porque creo que el silencio es lo peor que hay. Hay que hablarlo. 
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