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29 de marzo de 2024

Investigadores del Sernanp examinan un ave afectada por el derrame, este fin de semana

Investigadores del Sernanp examinan aves afectada por el derrame, este fin de semanaAFP

Desastre medioambiental

Perú paraliza la actividad de Repsol por el derrame de crudo en sus costas

La multinacional española califica la medida de «desproporcionada e irrazonable»

El Gobierno de Perú ordenó este lunes a la compañía española Repsol que paralice la carga y descarga de hidrocarburos en buques, 16 días después del derrame de casi 12.000 barriles de crudo en el mar, medida que fue calificada por la empresa como «desproporcionada e irrazonable».
«Se ha dictado la paralización de cargas y descargas de hidrocarburos en el mar peruano de parte del operador Repsol», dijo el ministro del Ambiente, Rubén Ramírez. El ministro precisó en una rueda de prensa que la petrolera no podrá retomar estas actividades «hasta que se brinde garantías técnicas de que no se va a producir otro daño en el mar de los peruanos».
El derrame del 15 de enero, calificado como «desastre ecológico» por el gobierno peruano, ocurrió mientras el buque tanque 'Mare Doricum', de bandera italiana, descargaba en la refinería de La Pampilla en Ventanilla, 30 km al norte de Lima, propiedad de Repsol. La compañía atribuyó el hecho a la agitación del mar por la erupción volcánica en Tonga.
La mancha negra de crudo fue arrastrada por las corrientes marinas hacia el norte hasta unos 140 km de la refinería, según la fiscalía, provocando la muerte de una cantidad indeterminada de peces, aves y mamíferos marinos. Además, dejó sin poder trabajar a cientos de pescadores artesanales.
El sábado, el canciller peruano, Oscar Maúrtua, había adelantado que el gobierno de Lima le iba a imponer una «drástica sanción» a Repsol y afirmó que la empresa había «mostrado una actitud probablemente dolosa» y «falta de transparencia».

40 % de abastecimiento

«Repsol confirma que ha recibido la notificación» que ordena paralizar la carga y descarga de hidrocarburos desde buques, dijo este lunes la empresa en un comunicado. «La compañía, sin perjuicio de no compartir la resolución por considerarla desproporcionada e irrazonable, pero en aras de garantizar el suministro de sus productos, expresa su plena disponibilidad de colaboración con las autoridades peruanas», añadió.
La petrolera destacó que «la Refinería La Pampilla abastece el 40% del mercado peruano de combustibles y, por ello, Repsol realizará los mayores esfuerzos para evitar el riesgo de desabastecimiento» de combustibles.
El viernes la justicia peruana prohibió salir del país por 18 meses a cuatro directivos de la petrolera española –un español y tres peruanos– y ordenó la «incautación» del buque tanque involucrado, que permanece fondeado a seis millas del puerto del Callao.
Uno de los afectados es el presidente de Repsol Perú, el español Jaime Fernández-Cuesta Luca de Tena, quien buscó minimizar el impacto del derrame, al afirmar en una entrevista de televisión el 23 de enero que «no hay nada de verdad que no se pueda arreglar y corregir medioambientalmente».
«La compañía no ha presentado acciones claras de limpieza ni remediación frente a lo ya sucedido», sostuvo el ministro Ramírez este lunes en la rueda de prensa. «Repsol no ha dado las certezas de que pueda afrontar un nuevo derrame en las otras tres líneas de carga y descarga que vienen operando en el país», agregó.

Limpieza de playas

Cientos de brigadistas están limpiando afanosamente una veintena de playas tras el derrame. Entre ellos hay personal contratado por Repsol, militares y voluntarios. «Repsol continúa centrando todos los recursos y esfuerzos en las tareas de limpieza del derrame y apoyo a las poblaciones y la fauna afectada», afirmó en tanto la empresa.
Además, la petrolera destacó este lunes que «usa la tecnología satelital más avanzada y herramientas de inteligencia artificial para monitorear el progreso de las labores de limpieza» en la costa peruana.
El derrame mató a un número indeterminado de aves marinas y tiene a muchas otras que anidaban en islas de una reserva natural en riesgo de morir de hambre o por intoxicación.
Con petróleo en sus alas, las aves no pueden volar ni alimentarse. Además, su plumaje pierde su condición térmica por lo que sufren hipotermia, según los especialistas. Otras aves que no están «empetroladas» han comido peces contaminados con el crudo y murieron intoxicadas, dijeron a la AFP especialistas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).
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